Con al menos 993 establecimientos de control especial (giros ‘negros’), la ciudad de Oaxaca concentra este tipo de negocios principalmente en su Centro Histórico, la colonia Reforma, los barrios Xochimilco y Jalatlaco, así como en las agencias Pueblo Nuevo y San Martín Mexicápam.
Sin embargo, la mayor parte de ellos opera en el Centro Histórico y la colonia Reforma, donde han proliferado los restaurantes-bar. Esto a raíz de la “vocación turística” de la capital, explica la Secretaría de Desarrollo Económico.
Pero el consumo de alcohol se sale de estos lugares al espacio público, una conducta sancionable según el reglamento de Faltas de Policía de Oaxaca de Juárez, reconoce.
La presencia de este tipo de establecimientos, conocidos comúnmente como “giros negros” ha propiciado la crítica de especialistas en el cuidado del patrimonio, quienes consideran que el Centro Histórico se ha convertido en una cantina. Y sumado a las intervenciones arquitectónicas de los últimos años afectan su imagen.
No puede ser posible que un Centro Histórico lo quieran convertir en una gran cantina”, externó recientemente la arquitecta y arqueóloga Nelly Robles, quien hace 35 años impulsó la inscripción del Centro Histórico de la ciudad y la zona arqueológica de Monte Albán a la lista de Patrimonio Mundial.
A la fecha, el ayuntamiento capitalino ha registrado la existencia de al menos 993 establecimientos de control especial o comúnmente conocidos como giros negros. Estos abarcan restaurantes-bar, bares, cantinas, mezcalerías, centros botaneros, depósitos y cafés bar, entre otros.
Aumentan Giros ‘negros’ por actividad turística
José Manuel Vázquez Córdova, secretario de Desarrollo Económico, reconoce que el aumento de comercios en el Centro Histórico (y varios de ellos de control especial) se debe a la actividad turística de la ciudad y el auge del mezcal. Pero que como dependencia tratan “de cuidar que el funcionamiento de esos establecimientos no se nos desborde”.
Y para ello se marcan restricciones en el reglamento de establecimientos comerciales, industriales y de servicios, lo que ha derivado en sanciones, clausuras e incluso protestas de parte de los empresarios.
Mucha gente viene a Oaxaca por su gastronomía, para admirar sus edificios, disfrutar sus festividades, espacios públicos, pero también vienen a disfrutar de sus bebidas, del mezcal. Y eso ha representado un área de oportunidad para la actividad comercial”.
De los 993 establecimientos registrados a la fecha, 370 son restaurantes-bar; 51 tienen el giro de bares, 17 son cantinas, 2 son centros botaneros, 84 son mezcalerías (que se han incrementado en los últimos años), y 469 se tratan de depósitos (estos solo tienen permitida la venta de bebidas alcohólicas en botella cerrada), billares y similares.
Aun con los casi mil “giros negros” (117 de ellos autorizados en los dos últimos años), Vázquez considera que la actividad de estos está controlada. Aunque reconoce que el consumo fuera de los establecimientos “genera mayor impacto negativo” y eso escapa a su secretaría e incluso puede rebasar al ayuntamiento.
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Disminuye otorgamiento de licencias
En 2021, la anterior administración aprobó 77 licencias para establecimientos de control especial (principalmente para restaurantes-bar).
En 2022, el primero de la actual administración, las licencias fueron menos: 40. Vázquez ahondó que estas fueron para 17 negocios con giro de restaurante con venta de cervezas, vinos y licores, una para café-bar, otra para un depósito de cerveza, un expendio de mezcal, una mezcalería, cuatro mini súper, seis misceláneas, tres restaurantes-bar, entre otros.