Con una edad estimada de más de 100 años, el higo de la capilla de Belén es uno de los seis árboles notables que sobreviven en la ciudad de Oaxaca. Sin embargo, en los últimos años había padecido del abandono y daños diversos que comprometieron su salud y subsistencia.
Miguel Ángel Aguilar, jefe del departamento de viveros del ayuntamiento capitalino, explicó que el rescate de este ejemplar requirió de una atención integral para que ahora se encuentre estable.
En los últimos años, de este árbol ubicado junto a la capilla de Belén, se extrajeron unos seis volteos de escombros sobre el fuste del árbol, mismos que afectaron al ejemplar, dijo el funcionario. Este volumen de escombros, que se calculó también en unos tres metros de altura, propició la caída de una parte del higo hace años.

Es por eso que en el año 2019 comenzó la intervención del ayuntamiento para rescatar este árbol que es parte del catálogo estatal de árboles notables. “Ya estaba en un estado deplorable. Es caducifolio, pero se veía muy mal. Actualmente está vigoroso, estable”.
Desde el 2019 se le ha dado mantenimiento mensual, dijo el jefe de viveros sobre uno de los árboles que padeció del hongo ganoderma y que a través del vivero y otras áreas del ayuntamiento se han recuperado en las últimas administraciones.
Según las crónicas de la ciudad, este árbol fue plantado por el general José María Morelos durante su estancia en Oaxaca, ciudad de la que partió en 1813. Es por esto que se calcula que tiene una edad de al menos 210 años, similares a la que tuvo el fresno del parque El Llano, cuya plantación también se atribuye a Morelos.
Miguel Ángel recuerda que como este higo se trabajó con el ya extinto laurel de los conciertos dominicales en el zócalo, el cual cayó en junio de 2022 durante una tormenta. “Por lo menos pude darle otros años más de vida”, explica sobre el ejemplar que como los otros laureles sufrió los daños de la remodelación del año 2005.
Muérdago, principal afectación del arbolado urbano
Aunque los gusanos barrenadores han afectado al arbolado de la ciudad de Oaxaca, el jefe de viveros señala que el muérdago es la planta semi parásita que está acabando con los ejemplaridad. Aun cuando se realizan podas para retirarla, esta planta vuelve a desarrollarse al poco tiempo una vez incrustada en el árbol. También porque las aves consumen parte de él y a través de sus heces la esparcen en otros ejemplares. Ante esto, consideró necesario trabajar en la nutrición e hidratación del árbol para reducir las posibilidades de que sea afectado por esta planta.