La venta de artículos de temporada como las luces navideñas, los pinos artificiales, las esferas y similares son para las familias de Nayeli Díaz y Reyna Martínez una fuente de ingresos.
Sin embargo, su capacidad se ha visto rebasada por las de los súper mercados, las tiendas departamentales y las de cadenas nacionales, en las que se ofertan artículos de precios más bajos, pero que no siempre son de producción nacional ni de buena calidad.
Son los últimos días de noviembre, pero las ventas de estos productos son muy bajas en los negocios de ambas, ubicados en el centro de la ciudad de Oaxaca. La esperanza de las dos es que en diciembre incremente.
En otros años, en estos días se estaba vendiendo más”, comenta Reyna, quien cree que la venta de los centros comerciales fue más anticipada que en los casos de los comerciantes locales, que empezaron en noviembre.
Nayeli vende en el acceso a un estacionamiento público de la calle Bustamanet, donde tuvo que reubicarse con el reordenamiento del comercio en vía pública, pues la autoridad municipal, explica, no respetó su licencia. Reyna vende en una tienda de la misma vialidad; el negocio familiar de más de tres décadas ha sobrevivido a los cambios en esta parte de la capital.
De familia comerciante y con casi toda su vida en la venta de productos en la vía pública, Nayeli refiere que ante la competencia que implican las tiendas “grandes” se ha visto obligada a “ponerse a la par”.
Con luces y cascadas en las que ya se escuchan los villancicos y por los que a mayoría de los transeúntes solo pregunta, Díaz expone que en los súper mercados hay productos de muy bajo costo, pero también de muy baja calidad, pero que finalmente buscan muchas personas y con lo cual les ganan terreno a quienes como ella ofrecen series de calidad.
Ahí hay series de hasta 25 pesos y nosotros la más económica que tenemos es de 100 pesos, de 140 luces y 9 metros”, dice. Aun así, sabe que las personas suelen buscar “lo más económico”, a pesar de que esto implique riesgos para sus hogares.
Para ella, vender estos productos es fundamental, pues aunque ha sido parte de una herencia familiar la crisis económica la ha obligado a tener una doble jornada: en el hogar y en el comercio.