CIMO, un “concierto” de irregularidades
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CIMO, un “concierto” de irregularidades

Con Gabino, Murat y Jara persisten los bajos sueldos y riesgos para alumnado


Foto: Adrián Gaytán / La exigencia por mejores instalaciones en el CIMO, aún vigente.
Foto: Adrián Gaytán / La exigencia por mejores instalaciones en el CIMO, aún vigente.

El día en que se inauguró su actual sede, el 22 de noviembre de 2016, el entonces aún gobernador lo describió como “un moderno y funcional inmueble, equipado con un magno auditorio, aulas acústicas y talleres especializados para la práctica musical”. Pero las palabras del ex mandatario Gabino Cué Monteagudo no coincidían con la realidad de aquel edificio que a seis años y medio sigue envuelto en irregularidades y que por esas fechas seguía inconcluso.

La inversión de más de 118 millones de pesos (32 más que el presupuesto inicial) que se presumió por la construcción del Centro de Iniciación Musical de Oaxaca (CIMO) fue aumentando con el paso de los años y sin que a la fecha haya garantía de su funcionalidad, como han externado alumnado y padres de familia. El CIMO, ubicado en la calle Manuel Sabino Crespo 909, en la ciudad de Oaxaca, fue edificado en un terreno cuyo director fundador, Jorge Mejía Torres, ya había advertido como inadecuado por ser una barranca.

Fue durante la gestión de Gabino Cué cuando el actual edificio que levantado en el mismo domicilio, como una obra a cargo del entonces secretario de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial, Netzahualcóyotl Salvatierra, y quien años después volvió en el mismo cargo, ahora con el gobernador Salomón Jara Cruz.

A la fecha las irregularidades persisten en sus instalaciones, aun cuando el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa dijo haber invertido 7 millones 100 mil pesos para corregirlas debido a los riesgos que representaba el inmueble. Pero ahora, en un nuevo sexenio, aquella institución que hace más de 34 años ideó Mejía Torres sigue sumida en la omisión gubernamental.

 

Foto: Archivo / Obras del CIMO sobre una barranca

 

Aunado a los daños en el inmueble que en los últimos años han denunciado las y los padres de familia se suma, otra vez, la queja por los precarios salarios o “ayudas” que percibe la plantilla docente, la que apenas se aproxima a los 50 pesos por hora. Y a la que la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta) ha obligado a decidir entre su labor docente o el ser músicos en las agrupaciones del estado: Sinfónica, Orquesta Primavera u otra.

La actual sede del CIMO comenzó a construirse en el año 2014, luego de la mudanza de alumnado y docentes del antiguo inmueble de la calle Manuel Sabino Crespo 909. Aunque desde 2013 y hasta febrero de 2019, los cientos de estudiantes y profesores tuvieron que usar una sede alterna en la calle Juan de la Barrera, en el barrio del Marquesado, luego de dejar su sitio original.

Sin embargo, en el Marquesado, el inmueble temporal carecía de las condiciones acústicas y estructurales para la enseñanza-aprendizaje de la música y en donde los sismos del 2017 y 2018 generaron afectaciones.

Y aunque el nuevo inmueble se había inaugurado en noviembre de 2016, este estaba inconcluso y también tenía deficiencias estructurales, como confirmó la entonces secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca, Ana Vásquez Colmenares. Lo mismo afirmó su sucesora, Adriana Aguilar Escobar, quien asumió la dependencia tras unos meses en los que esta permaneció bajo el encargo de Ignacio Toscano.

 

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Tras la reinauguración del CIMO en febrero de 2019, Aguilar Escobar aseguró a este medio que ningún infante correría peligro en las nuevas instalaciones. “Los ingenieros nos han mostrado, incluso con una computadora, cómo se comporta el edificio con un temblor de 4, 5, 6 u 8 grados y el CIMO resiste perfectamente bien”.

Finalmente el alumnado pudo tomar clases en él el 28 de febrero de ese año, días después de su reinauguración. Aunque la demanda interpuesta en ese mismo año por la administración de Murat contra Salvatierra por las irregularidades en el inmueble quedó en el olvido.

No así la exigencia de madres y padres de familia a la actual administración del gobernador Salomón Jara por contar con instalaciones y sueldos dignos para la plantilla docente. Sin embargo, ante esta queja, el gobierno ha omitido responder más allá de las amenazas denunciadas por docentes y padres por parte de la contadora de la Seculta, Ana Llaveros.


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