Título en la partitura autógrafa: “Concerto 6º à due Viole da Braccio, due Viole da Gamba, Violoncello, Violone e Cembalo”.
Instrumentación: 2 violas da braccio, 2 violas de gamba, violonchelo, violone y clavecín.
Este concierto es el más homogéneo de los seis en cuanto al balance de la oposición concertino ripieno; más que una confrontación, se trata de una equilibrada fusión instrumental, un auténtico diálogo entre iguales.
El sexto concierto presenta una instrumentación inusual sin violines, que podría parecer arcaica. Bach explora aquí las sonoridades graves, confiando la parte solista a violas da braccio y violonchelo y dejando el acompañamiento a las violas de gamba, un instrumento por cuya calidez de timbre (el más cercano a la voz humana) Bach sentía gran predilección. La viola da braccio es la viola convencional y se utiliza aquí para diferenciarla de la viola de gamba. Cuando la obra fue escrita, en 1721, la viola da gamba era ya un anticuado instrumento.
Se cree que una parte de viola da gamba fue asumida por el príncipe Leopoldo de Anhalt-Cöthen.La razón de esto puede apuntar a que Leopoldo deseaba tocar música junto a su maestro de capilla. Otras teorías especulan que, como la viola de gamba era típicamente interpretada por una clase social más baja como los sirvientes, la obra buscaba hacer añicos el statu quo musical otorgando un papel relevante a un instrumento considerado “menor”.
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Esta teoría se basa en el conocimiento que se tiene de que Bach deseaba poner fin a su ocupación al servicio del príncipe Leopoldo. De tal manera que al alterar el equilibrio de los roles musicales, se vería liberado de su servidumbre como Kapellmeister y se le permitiría buscar empleo en otros lugares.
Las dos violas comienzan el primer movimiento con un enérgico tema en estrecho canon, y a medida que el movimiento avanza los demás instrumentos se extraen poco a poco del flujo aparentemente ininterrumpido de invención melódica que muestra la maestría del compositor en polifonía. Las dos violas de gamba están en silencio en el segundo movimiento, dejando la textura de una sonata a trío para dos violas y continúo. El violonchelo tiene una versión adornada de la línea de bajo continuo. En el último movimiento el espíritu de la giga subyace a todo, como lo hizo en el final del quinto concierto.
En la época actual estas obras han sido interpretadas por orquestas en las que varios intérpretes ejecutan las partes de cuerda.
También han sido representadas como música de cámara, con un solo instrumento por cada parte, sobre todo por (pero no limitados a) conjuntos que utilizan instrumentos barrocos y (a veces más, a veces menos) técnicas y prácticas de interpretación historicista. Existe también un arreglo para piano a cuatro manos por el compositor Max Reger.
“Cada uno de los seis conciertos establece un precedente en la escritura musical, y cada uno iba a permanecer sin parangón.” Heinrich Besseler ha señalado que los efectivos totales requeridos (dejando de lado el primer concierto, que fue reescrito para una ocasión especial) coinciden exactamente con los 17 intérpretes que Bach tenía a su disposición en Köthen.
La liga: https://youtu.be/_tr_uYEQkrs?si=lxoSFHsY2lkQlJ6k
Mario L. Palacios C.
Corresponsalía “Ing. Alberto Bustamante Vasconcelos”