De acuerdo con el Plan de Acción Climática de la Zona Metropolitana de Oaxaca (ZMO), realizado en 2024 con apoyo del Banco Mundial, los 26 municipios que conforman esta parte del estado son “fuente de niveles significativos de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”. Además de que “los tres principales sectores que contribuyen con el 97% de las emisiones totales de GEI en la ZMO son el transporte (52.4%), los residuos (29.5%) y la energía estacionaria (15.2%); esta última, asociada mayoritariamente al consumo de electricidad”.
En los últimos años y como en los años recientes, la entidad ha registrado el aumento de temperaturas. Esto propicia mayores riesgos de incendios de pastizales o forestales, además de que junto con el aumento de temperaturas también se ha empezado a agudizar el estiaje iniciado en noviembre. Aunado a que la disponibilidad de agua potable también se reduce por el estiaje.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático describe a los gases de efecto invernadero como los que “conducen al aumento de la temperatura de la superficie de la tierra al interactuar con la energía que proviene del sol”. Y aunque explica que estos gases también se producen de manera natural con la evaporación del agua, la respiración de los seres vivos o por otras causas, su aumento en los últimos siglos se debe a las actividades humanas.
“A partir de la era industrial, las actividades humanas han añadido una mayor cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera, principalmente por la quema de combustibles fósiles y el cambio de uso de suelo o deforestación”, señala en su sitio web.