Sus manos muestran las heridas que le dejan el trabajar las flores y coronas de cucharilla, aunque para Martina López López, estas artesanías tradicionales de su natal San Andrés Sachío, Nochixtlán, son una manera de mantener vivo el legado de sus abuelos y padres.
Sin embargo, también debe enfrentar muchos retos: un viaje agotador a la capital oaxaqueña, las penurias de la ciudad y el regateo por un producto que es parte de la decoración y los altares en la Cuaresma.
Las coronas y flores de cucharilla o maguey, que también se usan en otras ocasiones en su comunidad, se asocian al altar del Viernes de Dolores y la Semana Santa.
Desde un puesto a ras de suelo, en la diagonal de Mercaderes en la Central de Abasto, Martina va quitando una a una las piezas del maguey que días antes recolectó en su comunidad. Es un trabajo en campo que cuesta mucho, dice mientras muestra el maguey con espinas y con una parte en forma de cuchara que puede ser blanca o amarilla.

Estos magueyes se cortan un día antes de viajar a la capital, dice la artesana, quien durante todo el año trabaja la palma, pero que por la Semana Santa dedica sus esfuerzos a las coronas y flores o copas de cucharilla.
Aunque las coronas y flores las ofrece en 25 y 50 pesos cada pieza, respectivamente, López detalla que para recolectar los magueyes y traerlos a la ciudad deben de pagar dos viajes, uno del monte a la población y otro de su comunidad a la ciudad. Este último trayecto implica un gasto de entre 1,500 y 2,000 pesos.
Sin embargo, al estar en la ciudad también se agregan gastos de alimentación, de aseo, de uso de baños públicos y otros. Pero deben enfrentar el regateo de las personas, tal como ocurrió este martes luego de la entrevista.
Artesanías de palma y de flor de cucharilla: tradiciones de Semana Santa que sufren del regateo. “Siempre nos regatean. Nos dicen: ¿me lo das por docena? A 15 o a 20 (la corona), lo mismo con las flores, que cuánto le bajas”.
Para las artesanas como Martina López este es uno de los principales obstáculos al momento de vender sus creaciones, ya sea de temporada o las que hacen con la palma durante todo el año.
Al igual que ella, en estos días son varios las y los artesanos que se instalaron en la diagonal de Mercaderes para ofrecer sus productos por la Semana Santa, por lo que esperan el arribo de clientes y un pago justo por su trabajo.