La civilización del Anáhuac ha sido la civilización que construyó el mayor número de pirámides, como centros de estudios e investigación. Durante siglos se dedicaron a conocer la mecánica celeste y el potencial energético del ser humano y el universo
Lo que hoy es México, forma parte de la civilización del Anáhuac, una de las seis más antiguas y con origen autónomo de la humanidad, con aproximadamente diez mil años de existencia, si tomamos como referencia los hallazgos en el Valle de Tlacolula, Oaxaca, de inicio de la agricultura y la invención del maíz fechado en el octavo milenio antes de la era.
Los especialistas dividen en tres etapas de desarrollo cultural este importante proceso que partió de que los pueblos eran nómadas, cazadores y recolectores, hasta llegar a consolidar un proceso formativo, desarrollar un impresionante esplendor, y a partir de un colapso civilizatorio, un tercer periodo de decadencia.
El periodo formativo representado por la cultura olmeca donde se crearon los cuatro sistemas básicos de la pirámide de la plenitud armónica. El periodo del esplendor, representado por la cultura teotihuacana, en el que, se investigó y desarrolló los tres niveles superiores de la pirámide. Y el periodo de decadencia representado por la cultura mexica, en la que, a partir del año 1440, los mexicas trasgredieron la Toltecáyotl representada por el arquetipo de Quetzalcóatl símbolo del Espíritu, la educación y el conocimiento biófilo, y de la trascendencia espiritual, y fue sustituyéndolo por el de Huitzilpochoxtli, símbolo de la materia, la voluntad del poder y la guerra.
La civilización del Anáhuac se ha caracterizado por los siguientes elementos culturales, que los diferencia de las demás civilizaciones, y que se deben tomar en cuenta para dimensionar su logro civilizatorio:
Inventaron su alimento, el maíz. Crearon un sistema educativo obligatorio, público y gratuito. Su ciencia fue biófila, no inventaron armas, no utilizaron la moneda, no usaron la propiedad privada, se organizaban bajo un sistema democrático participativo comunitario. No tuvieron una religión con pretensiones universales. Desarrollaron la unidad en la diversidad a través de compartir el conocimiento creando una matriz raíz de sabiduría milenaria llamada Toltecáyotl, en la lengua náhuatl, que fue la lengua franca de la civilización.
Ha sido la civilización que construyó el mayor número de pirámides, como centros de estudios e investigación. Durante siglos se dedicaron a conocer la mecánica celeste y el potencial energético del ser humano y el universo.
A mediados del siglo noveno de la era, sucedió un extraordinario acontecimiento que hasta la fecha no ha sido posible conocerlo. Sin embargo, en una acción concertada, todos los centros de investigación y conocimiento del Anáhuac, fueron destruidos, abandonados o quemados por las personas de conocimiento, los Maestros llamados toltecas quienes eran los expertos de la Toltecáyotl, es decir, la sabiduría y conocimiento del Anáhuac.
Este inexplicable hecho, trascendió en todo el Anáhuac, que comprendía desde lo que hoy es Canadá hasta Nicaragua. Los toltecas dejaron la profecía que regresaría Quetzalcóatl a restablecer la sabiduría tolteca en el año Uno Caña, que se repite cada 52 años en el calendario de las Estrellas Pléyades. Este vacío de conocimiento y sabiduría a través de los siglos permitió la trasgresión de la Toltecáyotl, especialmente por los mexicas.
Los valores ancestrales como la concordia, el consenso, la espiritualidad, fueron perdiendo su fuerza y empezaron a ganar terreno la importancia del mundo material, el comercio y la guerra se transformaron en razón de Estado, dejaron de ser manifestaciones espirituales y pasaron a ser estructuras de poder hereditario. Se empezó a implantar el culto a la materia y la dualidad ancestral de Tláloc-Quetzalcóatl, sufrió una trasgresión cuando los mexicas lo cambiaron por Tláloc-Huitzilopochtli.
Es importante señalar, que esta trasgresión filosófica-religiosa solo se dio en la cultura mexica, la más joven en el Anáhuac, con una duración tan solo de 196 años, es decir, desde la fundación de Tenochtitlan en 1325, hasta su destrucción en 1521. Esto no sucedió en todos los pueblos y culturas del Anáhuac. Como sucedió con la cultura maya que se mantuvo en pie de guerra en contra de los invasores europeos, y que, fue hasta el año de 1697, se mantuvo luchando militarmente en contra de los invasores europeos.
Educáyotl, AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede descolonizar con la narrativa, valores y principios de los invasores. Descolonizar es dignificar.