Somos los hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas y con un origen autónomo de la humanidad. Junto con China o India, que son civilizaciones coetáneas, la civilización del Anáhuac tiene una antigüedad de diez mil años, si se toma en cuenta los recientes hallazgos en las cuevas del Valle de Tlacolula, Oaxaca.
Sin embargo, hemos sufrido una invasión de tres siglos por parte de la corona española a manos de los gachupines y dos siglos por parte de los criollos, es decir, extranjeros avecindados en el Anáhuac. Esta invasión-ocupación se ha enfocado, no solo a la explotación y depredación de los pueblos y los recursos naturales de la Anáhuac, sino que ha emprendido la desaparición de la memoria histórica y la identidad cultural de la civilización ancestral. Lo cual representa un crimen de lesa humanidad y una tremenda idiotez.
El México Imaginario que crearon los criollos a partir de año de 1824, ha tenido como objetivo fundamental el que los anahuacas, pierdan su conciencia de ser a través de perder su memoria histórica y su identidad cultural ancestral. El gobierno de los Estados Unidos Mexicanos (el verdadero nombre oficial) en manos de los criollos, definidos como los beneficiaros de la colonización, han creado el espejismo de su país llamado México, en honor a los mexicas que, según ellos, sus antepasados los derrotaron. Los criollos con la torpe pretensión de destruir la Matria ancestral, niegan la existencia de la civilización del Anáhuac. Y es imaginario, como lo propone el Dr. Guillermo Bonfil es su texto “México profundo una civilización negada”.
En efecto, el diseño del país de los criollos y únicamente para los criollos, convierte a los anahuacas en mexicanos, acabando con la pluralidad lingüística y cultural de decenas de pueblos y naciones ancestrales. Con una sola lengua, el castellano, con una sola histórica la prehispánica, representada en la cultura mexica de 196 años de existencia, una sola religión, en síntesis, un país mono: monolingüe, entiéndase como un país sin historia ancestral y sin la riqueza pluricultural.
Los criollos han pretendido que los pueblos y culturas anahuacas de carácter ancestral, deben de desaparecer. Lo han intentado en el siglo XIX a través del genocidio y el menos precio de su ser. Los anahuacas en el siglo XX, se han visto obligados a dejar de ser anahuacas, para pasar a ser mestizos, lo que implica perder sus lenguas, sus tradiciones y sus costumbres, su identidad. Esto se debe a que el racismo y el clasismo es de carácter estructural en el sistema político, económico, educativo y cultural del México Imaginario.
En este país, el concepto de criollo, significa lo local, lo autóctono y lo mejor de este país. El México Imaginario permanentemente tiene las puertas abiertas a los extranjeros, que, llegando en la pobreza, y en dos o tres generaciones, ya alcanzan un nivel de vida que no lograrían en igualdad de circunstancias en su país de origen. El extranjero se camuflagea y de inmediato se asume como mexicano criollo. El criollo tiene dos identidades, pero su lealtad está en su madre patria. En el México Imaginario, ser anahuaca es una desgracia. A pesar de tratar de “igualarse”, aunque se pinten el cabello de amarillo, usen cremas blanqueadoras, maldigan en inglés, cambie su nombre en inglés. Haga lo que haga, terminará siendo pobre.
El México Imaginario tiene 200 años de existencia, la Matria, es decir la civilización Madre tiene diez mil años. En 1800 la corona española ordenó la realización de un censo, en donde resultó que el 85% de las personas hablaban una lengua ancestral. Lo que implica que en el Virreinato Español se mantuvo las culturas ancestrales del Anáhuac. En 1900, se realizó otro censo y resultó que el 75% de los mexicanos hablaban una lengua anahuaca. Lo que implica que los criollos divididos y enfrentados en luchas fratricidas, veían en los anahuacas como peones o soldados de levita para sus luchas y defensa de las invasiones.
Pero en 1921, se crea la SEP, la cual tiene como encomienda la desaparición de las lenguas ancestrales, y con ellas, la sabiduría comunitaria, las tradiciones, usos y costumbres. En el censo del 2020, resultó que solo el 6% de los mexicanos hablan una lengua ancestral.
En estos dos siglos de la neocolonia de los criollos se ha logrado asentar un fuerte golpe a la civilización Madre, pero no su desaparición, en especial el siglo XX. Los nazis no pudieron exterminar a todos los judíos, los judíos no pueden desaparecer a los palestinos y los criollos del México Imaginario, no podrán desparecer a la civilización del Anáhuac. Educayotl, AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado.