Oficialmente ya iniciado en el maratón Guadalupe-Reyes 2021, las celebraciones y los festejos de este fin de año buscan compensar todo aquello que en 2020 no nos fue posible llevar a cabo: desde las reuniones familiares hasta los eventos públicos y religiosos. En la nueva normalidad otros aires se respiran entorno a la celebración de las fiestas decembrinas.
No obstante, este espíritu festivo debe proceder con cautela, porque aún los altibajos derivados de la inestabilidad internacional exacerbada por la pandemia no han concluido.
En primer término, debemos ponderar que la pandemia a causa de la COVID-19 continúa con una nueva variante: ómicron. En comparación a su predecesora -la variante delta del SARS-CoV-2- esta nueva cepa del virus parece burlar en mayor medida a las vacunas existentes hasta el día de hoy. Si bien la OMS ha reconocido esta situación, también señala que existen datos que apuntan hacia la efectividad de las vacunas ya aplicadas para disminuir casos de infección grave y muerte (https://bit.ly/3sg5U4Q), lo que, sin embargo, no ha evitado que los casos positivos registrados de COVID-19 se encuentren al alza en varios países del mundo (https://cnn.it/3Fgjs4c).
Con 87 por ciento de la población adulta con al menos una dosis de la vacuna (https://bit.ly/3GRptVa) y 51.5 por ciento del total de la población completamente vacunada (https://bit.ly/3mfhWYm), en nuestro país aún será necesario que en estas fechas las personas adultas mayores reciban la dosis de refuerzo, mantener la sana distancia, priorizar el uso de cubrebocas, convivir en espacios bien ventilados y mantener higiene de manos, especialmente cuando se trate de reuniones familiares, de trabajo o de amigos (https://bit.ly/3miuRZM).
Asimismo, en estas fechas será fundamental cuidar la cartera. Con una inflación que se calcula cerrará el año 7.1 por ciento, nos encontramos ante alzas de precio que en dos décadas no se habían observado (https://bit.ly/3e6Fn1M). Los precios de combustibles y alimentos presionan el incremento de precios en otros rubros y nos coloca en un panorama en que el presupuesto para los eventos de fin de año alcanzará para mucho menos de lo planeado.
Hay que prevenir, además, que los gastos que hoy realicemos para las celebraciones y festejos impactarán directamente en la liquidez con la que podamos contar para enfrentar la temida cuesta de enero. De acuerdo con Eufemia Basilio, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas, de la UNAM, la cuesta de enero 2022 será más difícil que la experimentada en 2021, y proyecta para extenderse de enero a marzo del año que viene (https://bit.ly/3J3mN8M). Ante el funesto panorama, se recomienda reducir en la mayor medida posible las compras de fin de año, tener disciplina para evitar los gastos hormiga y solo hacer uso de tarjetas de crédito en casos de estricta necesidad.
Finalmente, no está demás tomar mayores medidas de seguridad en relación de manejo de efectivo y tarjetas. De acuerdo con información de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), el mes de diciembre es aquel que registra mayor número de reclamaciones promedio por fraude, posiblemente a raíz de la recepción de prestaciones como el aguinaldo y la realización de un mayor número de compras (https://bit.ly/32hJp4I), situación que debemos contemplar al momento de realizar todo tipo de pagos y transacciones.
Durante los festejos decembrinos de este año tendremos la oportunidad de compensar todo lo que en 2020 no nos fue posible celebrar; pero no hay que bajar la guardia, porque los retos en materia de salud y finanzas no desaparecen con el espíritu de la Navidad.
¡Felices fiestas!
@GalateaSwanson