El desmantelamiento del Seguro Popular, mientras se intentaba establecer un nuevo programa en 2020-21, llevó a debilitar al sistema de salud mexicano y lo hizo más vulnerable en el peor período de la pandemia por Covid-19, señala un estudio aparecido en la revista científica The Lancet publicado el lunes pasado.
Para el doctor Julio Frenk, científico y exsecretario de salud, el desmantelamiento del Seguro Popular, la carencia de algo que lo sustituyera y el enlazamiento de la pandemia de Covid-19, llevó a un retroceso de 30 años en la esperanza de vida de los mexicanos.
En el artículo “Reveses en la búsqueda de la cobertura universal de salud en México: política polarizada, agitación política y disrupción pandémica”, de la revista británica especializada The Lancet, da cuenta de mejoras en México en protección de salud a partir de 2012, pero la cobertura a la población disminuyó de 2016 a 2020.
“Juntos, el Seguro Popular y el Seguro Social llegaron a 110.9 millones de personas en 2016, dejando a menos del 10% sin seguro”.Con la sustitución del Seguro Popular por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), la afiliación se redujo 16.8% a 87.2% de la población en 2018, equivalente a 109.7 millones de personas, bajó a 72,9% en 2020, equivalente a 92.4 millones, es decir una caída de 8.8% anual”. Con estos datos, entonces, 18 millones 300 mil mexicanos perdieron su seguro médico.
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Oaxaca también se vio afectada por las fallidas políticas sanitarias. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en 2018, al inicio del gobierno de la 4T, el 16.3% de los oaxaqueños carecía de acceso a servicios de salud, alrededor de 650 mil 700 personas y la falta de cobertura saltó al 36.9% de la población, que representan 1 millón 538 mil 900 oaxaqueños, poco más de 888 mil perdieron atención médica en apenas dos años. Justo al inicio de la pandemia de Covid-19 la cifra de personas sin cobertura se multiplicó por 2.5 veces.
En el más reciente Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2023 liberado por la Secretaría de Bienestar, en febrero de este año, reconoce que 1 millón 526 mil 500 oaxaqueños carecen de seguridad social, 12 mil menos que en 2020, pero no se ha reparado la cobertura a más de 875 mil que contaban con cobertura, afrontaron toda la pandemia sin acceso a la salud y persisten desamparados luego de la desaparición del Seguro Popular y están a la espera de incorporarse al IMSS Bienestar.
El 31 de diciembre de 2019 se conoció la alerta sanitaria por el Covid-19; al día siguiente, 1 de enero de 2020, entró en operación Insabi que vino a sustituir al Seguro Popular, solo que este “instrumento” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador carecía de reglas de operación, recursos y un cuadro que definiera enfermedades, insumos y medicamentos como si lo tenía el sistema previo. “Fue el caos” indica Julio Frenk, secretario de Salud con Vicente Fox, es como cambiar el techo de tu casa en medio de un huracán. Ello llevó al desplome de importantes indicadores básicos en salud de la población”.
El informe “Disminución mundial y nacional de la esperanza de vida: una evaluación de finales de 2021” de la Universidad de California publicado en mayo, da cuenta que la pandemia de Covid-19 logró impactar la esperanza de vida en México, la cual bajó cuatro años, al pasar de 75 en 2019 a 71 en 2021, seis años menos que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que es de 81.
Julio Frenk, en entrevista de radio, indicó, además, importante erosión en índices fundamentales de salud como repunte en exceso de mortalidad, más de 700 mil muertes por Covid-19, el tercer peor indicador en el mundo y la propia esperanza de vida. Y dio cuenta de algo fundamental que pocas veces mencionan, encubren o “olvidan” los funcionarios en salud, “es importante que la gente no se arruine económicamente cuando algún integrante de la familia enferma; además de contar con un apoyo o seguro para gastos catastróficos”, que el gobierno de López Obrador ha desaparecido.
En la presente administración “se duplicó la cifra de hogares que carece de apoyos para gastos catastróficos, son ya 4.7 millones”. Cuando un familiar enferma ocasiona gastos que la familia debe afrontar e, incluso desata una catástrofe financiera para los hogares que se ven sumidos en la pobreza o, si son ya pobres, ésta ser profundiza.
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Frenk reconoció que los programas sociales del gobierno de la 4T mejoraron los ingresos de las familias, como también lo hicieron en buena parte las remesas de los paisanos, “pero de qué sirve si tengo mi pensión, o mis dólares y tomo ese dinero para pagar medicinas”, puntualizó.
A partir del caso mexicano, The Lancet advierte que “eliminar un sistema antes de diseñar su reemplazo es arriesgado…Las reformas del sistema de salud son precarias durante las transiciones políticas, especialmente en entornos polarizados y populistas”.
La revista científica recuerda que el 2023 marca el 20 aniversario de la ley mexicana que crea el Sistema de Protección Social en Salud (Sistema de Protección Social en Salud) y el Seguro Popular; indicó que en los primeros años aumentos en los servicios y beneficios de salud cubiertos por el Seguro Popular redujeron las brechas entre aquellos con y sin seguridad social.
El paquete básico del Seguro Popular pasó de 91 intervenciones cubiertas en 2004 a 255 en 2007 y 294 en 2018. Además, en 2004 se puso en marcha el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos”, destacando esta herramienta como apoyo fundamental a familias mexicanas.
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Frenk puntualizó al respecto: “si no hay seguro debes pagar de tu bolsillo la atención médica; a la tragedia familiar, sin el apoyo del gobierno, sobreviene la ruina económica. Casi 5 millones pasaron por el viacrucis catástrofe de los gastos catastróficos” con la desaparición del Insabi, indicó, para pasar a IMSS-Bienestar, hay reconocimiento explícito de tres años de fracaso.
El gobierno de México debió frenar la reforma en salud y atender de manera prioritaria la pandemia de Covid-19, indica The Lancet, al señalar los errores de la estrategia de salud del gobierno y todo ello se vio reflejado “en el exceso de mortalidad, de los más alto del mundo”, dijo Frenk.
La proporción de personas que enfrentan hoy un gasto excesivo en salud casi se duplicó entre 2018 y 2020, de 2.4 % a 4.4 %, una proporción que no se veía desde 2004, cuando comenzó el Seguro Popular. El gasto excesivo aumentó más del doble para los no asegurados en comparación con aquellos con seguridad social, recapituló The Lancet.
Julio Frenk indicó que existe un tipo de apartheid médico, pues la atención en el IMSS se da preferentemente a los trabajadores, marginando de algunos servicios y atenciones a quienes cuentan con IMSS-Bienestar.
Con el IMSS Bienestar hay un nuevo retroceso a un sistema de salud fragmentado de los años setenta, corporativista.
Vamos en sentido exactamente opuesto al de Dinamarca. Lo serio es impulsar un sistema universal. Ha habido mucha destrucción en este gobierno, más en salud; antes el 90% de la población contaban con vacunas, en plena pandemia se registró una epidemia de sarampión y es necesario brindar una especial atención al abasto de insumos”, indicó Frenk.