Mezcal, circula por las “venas” de San Luis Amatlán
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Mezcal, circula por las “venas” de San Luis Amatlán

Palenques familiares, un respiro para productores de la Sierra Sur


Foto: Adrián Gaytán / Productores de mezcal de San Luis Amatlán.
Foto: Adrián Gaytán / Productores de mezcal de San Luis Amatlán.

Cristina Lagunas Amaya tiene 71 años de edad y hace más de 50 que aprendió a producir el mezcal, una bebida que ha sido parte de la cultura de su comunidad, San Luis Amatlán.

Casada desde sus 16 años, pronto tuvo que involucrarse en la labor de su esposo, como lo han hecho muchas mujeres en esta población de la región Sierra Sur en los palenques familiares, en donde su género también preserva las artesanías de palma y cultiva el campo.

El mezcal ha sido uno de los ejes de esta población, en donde se consume en las fiestas pero también se usa como un remedio para sanarse y curar a los hijos de un resfriado, un dolor de estómago u otra dolencia. “Por eso nuestro mezcal es muy bueno”, dice Lagunas, quien también reconoce que hasta hace unos ochos años este alcohol se consideró como uno de “borracho barato”.

Ahora es don mezcal y ya la cerveza muy pocos (la toman). La gente prefiere el mezcal, siempre y cuando sea original”, apunta la maestra productora sobre una bebida que a ella le tocó vender en unos cuantos pesos. “Todo el tiempo el mezcal estaba en 10, 15 o 20 pesos el litro. Gracias a Dios, ahora ya está en 400”, explica. Aunque hay clientes y revendedores que intentan pagarlo a un menor precio.

 

Con el auge del mezcal “Gana más el revendedor que el que lo trabaja”

Con el auge del mezcal y la aparición de incontables marcas (de empresas e incluso de actores o cantantes) las y los maestros mezcaleros de las comunidades originarias no son necesariamente los beneficiados. “Ahora se están poniendo ricos los gringos porque ellos van a traer y pagan a un precio que no (resulta)”, cuenta Cristina, quien también sabe cómo en los restaurantes y negocios la copa la revenden fácilmente en 90 o 100 pesos la copa o vasito. Y una botella, en 1, 500 o 2, 000. “Gana más el revendedor que el que lo trabaja”.

Exportar es para los mezcaleros de Amatlán una posibilidad muy lejana. “Nos sale muy caro y por eso ni sacamos nuestra marca. Quisiéramos que nos ayudaran”, ahonda Lagunas, quien como persona de la tercera edad ve imposible esto. Además de que las nuevas reglas del mercado y los impuestos se han convertido en otros obstáculos.

San Luis Amatlán

En San Luis Amatlán, comunidad localizada a 1,500 metros sobre el nivel del mar y rodeada de cerros, el maguey es una planta endémica que se reproduce de manera natural.

Nace en cualquiera de los terrenos que están ahí”, casi sin necesidad de sembrarlo. “Pero si lo sembramos y lo ayudamos, vamos a tener un buen producto”, explica Rey Francisco García Vásquez, otro de los productores, quien en alianza con Cristina y otros artesanos de la comunidad ha decidido promover esta bebida a través del Festival de la Floración del Maguey de San Luis Amatlán.

A su parecer, un gran porcentaje de los más de 3 mil 800 habitantes de la población trabaja en la producción de mezcal o está relacionado con ella. Sin embargo, aclara que es una bebida artesanal por las que el maguey tarda entre seis y siete años en crecer para poder usarse (el espadín) y más de 12 si es el silvestre (tepeztate, tobalá y cuishe). Y en cuya producción se trata de respetar lo más posible el medio ambiente, sin afectar otras áreas o los árboles de los terrenos.

La segunda edición de este programa se realizará los días 8 y 9 de abril y en ella participarán varias de las 55 familias que se estiman dedicadas a la producción de mezcal en esta comunidad del distrito de Miahuatlán, entre ellas el matrimonio de don Crispín Maya y Teresita. Artesanas como Belén Pérez García, que trabajan la palma, y una muestra gastronómica son parte de esta segunda edición.


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