En los 19 municipios que integran la región Mazateca no existe un padrón real de personas que en verdad representen a la pobreza extrema, de aquellos que no tienen un ingreso económico seguro ni aguinaldos, y quienes a pesar de vivir en el siglo 21 siguen sin usar zapatos y padeciendo el frío del otoño e invierno, ante la falta de ropa y cobijas.
Lo anterior así lo declaró el ingeniero agrónomo Miguel García, quien ha observado que el efecto de los frentes fríos que invaden al mundo entero también se resiente en esta serranía. Muchos municipios, a más de 1,500 metros sobre el nivel del mar, padecen de frío por las noches, y los habitantes recurren a varias cobijas para amortiguar las bajas temperaturas que se sienten, a pesar de estar en el interior de sus domicilios.
El profesionista de la agricultura consideró que son contadas las familias mazatecas, náhuatl y mixtecas que sí tienen cómo cubrirse del intenso frío con sábanas, cobijas, cobertores y sobre camas, pero hay miles de mujeres, niños, hombres y cientos de ancianos que siguen padeciendo los fenómenos de la naturaleza, ya que carecen de dinero y no tienen lujos qué presumir.
Antes algunas, hoy diputadas locales y federales, subían a estas montañas y regalaban cobijas a los mazatecos, náhuatl y mixtecos de escasos recursos, o ciertos funcionarios tanto del PRI y Morena mandaban a sus esposas a realizar esta “noble labor”; sin embargo, hoy las legisladoras del distrito 04 y 02 de Morena, incluyendo a la expriista de la Cañada, ya no llegan en esta temporada y “se ignora el motivo”, dijo el ingeniero.