Santa María Tlahuitoltepec será sede del tercer Encuentro Nacional de Maromeros, evento bianual que busca “preservar esta práctica de los pueblos originarios” del país.
Del 8 al 11 de diciembre, como parte de la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe, el encuentro reunirá a más de 100 artistas mixes ayuujk, nahuas, mixtecos, zapotecos y chinantecos, procedentes de los estados de Veracruz, Guerrero, Ciudad de México y Oaxaca.
Charlotte Pescayre, organizadora del encuentro y etnofunambulista, señala que el origen del encuentro es su investigación de doctorado sobre esta tradición en el sur del país. Esto la llevó a concretar más tarde un circuito de “correspondencias”, en el que un grupo de maromeras y maromeros acudía a la fiesta del otro.
De acuerdo con la investigadora y maromera, este circuito se transformó en el primer encuentro en el año 2018, en el que seis grupos de diversos estados se reunieron en Puebla. En 2020, debido a la pandemia, el programa tuvo que realizarse de manera virtual y a distancia, pero ahora bajo el cobijo del Colectivo Plural e Independiente de Maromeros de México en este año, el programa se retoma en Oaxaca, en la comunidad de Tlahuitoltepec.
Al igual que las ediciones previas, el objetivo principal “es la salvaguarda de la maroma y sus variantes: una tradición ritual, cultural y social presente en el centro y el sur de México”. Es decir, desde aquellas manifestaciones en que la maroma es más “una danza o un juego”, o que tiene un sentido ritual o de espectáculo, o que se realiza en ocasiones especiales como la “maroma de carnaval” que se realiza en la Chinantla.
Conocer esta diversidad es uno de los ejes que remarca Charlotte, pues considera que aunque hace 20 años se dio una “puesta en valor” a esta tradición, fue a la de la región Mixteca, pero aquella enfocada en la diversión. A decir de la investigadora franco-mexicana, el tema “El maromero”, del etnomusicólogo Rubén Luengas, puso al payaso como el centro de esta tradición, “cuando en realidad no es así”.
El corazón de la maroma, explica, “es la danza de maromeros y su respectiva banda de viento”. Determinar los orígenes de la danza también es complicado, pues de acuerdo con sus estudios estos han sido múltiples (Asia, Grecia y Centroamérica), por ello considera que en el actual México data de tiempos de la Colonia.
(A la Maroma) se le ha asimilado al circo. Si bien ha habido contribuciones entre ambos desde la época virreinal y aunque tengan puntos de encuentro en la acrobacia, son distintos. Eso que llaman circo indígena o circo comunitario no es así. No todos los acróbatas son maromeros, quienes son los que danzan en la cuerda”, aclara la doctoranda en Etnología por la Universidad de París Nanterre y en Estudios Mesoamericanos por la UNAM.
En esta ocasión, el programa abarcará no solamente la participación de más de 100 maromeros sino proyecciones de cine, talleres, funciones y una muestra fotográfica. Esto como parte del programa “México en Escena-Grupos Artísticos” del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, Asia, Grecia y Mesoamérica y que incluye danza, ritual, música de banda de viento y acrobacia.
Las agrupaciones participantes son: Maromeros de Acatlán, con la Banda la Movida, de Raúl Panchito de Zitlala (Guerrero), Maromeros Zapotecos de Santa Teresa Sochiapan (Veracruz), Transatlancirque (CDMX), Maromeros de Santa Rosa Caxtlahuaca, Maromeros y trapecistas de Tlahuitoltepec “Comuneros del Viento”, Maromeros del Fígaro de Temextitlán y la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe-CECAM (Oaxaca).