Parte II
Se suele hablar de música “clásica” para describir la música de una cierta élite europea desde los años 1,600 D.C hasta la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente. Pero la realidad es muy distinta: se confunden cuatro épocas sucesivas: la barroca, la clásica, la romántica y la modernista, para simplificar. La música barroca (1600-1750) previa a la clásica y a los sucesivos estilos, funciona de forma radicalmente diferente, además de tener unas connotaciones casi opuestas. La primera tiene un motor que se llama el bajo continuo y sobre el cuál reposa la armonía y por encima la melodía. Las otras funcionan al revés: se piensa primero en una melodía y después se va construyendo el acompañamiento que no reside en el contrapunto característico de la época barroca.
Quiero ir sobre un terreno totalmente empírico, de conocimientos propios de la investigación de la persona amante de la música, porque no tengo los conocimientos musicales, ni mucho menos médicos. Dado que me he dedicado al estudio de la música clásica, principalmente la barroca, una música que sale de las experiencias renacentistas y donde el objetivo era imitar la expresión, la sensibilidad y el lenguaje humano, está especialmente recomendada en todo tipo de enfermedades, ya que rara vez la música puede ser contraindicada. Hoy en día, agravados por la pandemia, los casos de depresión y suicidios se han disparado, la música debería ser un elemento importante de la curación.
La mejor música para estudiar y estimular tu cerebro
El cerebro humano es un órgano único y maravilloso. Tanto es así que puede ser estimulado por los sonidos adecuados para dar el máximo, y no es algo que nos inventemos, está científicamente demostrado. Por eso te queremos mostrar cuál es la mejor música para estudiar e interiorizar conceptos.
El cerebro y la música
Memorizar, estudiar, aprender y desarrollar conceptos supone un esfuerzo para nuestro cerebro. Por eso, suponiendo que el lado derecho es el que procesa la música, pero también es responsable de la capacidad espacial y el reconocimiento facial, será el que nos ayude a interpretar conceptos, a ser más creativos y a analizar contextos.
Antaño, los estudios basados en la demostración de los beneficios del sonido para el estudio se centraban en la música clásica. Sea como fuere, los resultados incidían en que tenía mayor incidencia en lado derecho. Es decir, ayudaba en gran medida al proceso creativo y al planteamiento lógico.
Pero hoy en día cada vez más estudios desmienten que las estructuras cerebrales basadas en ambos hemisferios estén tan diferenciadas. De hecho, ambos funcionarían de forma conjunta, por lo que la música apoyaría a los dos lados desde un punto central para mejorar la conexión neuronal.
Sea como fuere, prácticamente todos los estudios actuales demuestran que la música influye en el estado emocional del individuo, por lo que el funcionamiento cerebral es afectado. Y, en este sentido, se ha de añadir que, efectivamente, es positiva para asimilar conocimientos.
¿Por qué la música es buena para concentrarse?
Usar música para concentrarse en una gran idea por una sencilla razón: activa la hormona llamada dopamina, que es la que ayuda en las conexiones sinápticas, donde se produce el aprendizaje, la asimilación de conocimientos y la memorización.
Es decir, que la música, en especial la clásica, ayuda a relajarse y, además, facilita la concentración. Ambas acciones son básicas para mejorar el rendimiento. No obstante, recuerda que esto puede variar entre individuos, pero, en general, siempre es positiva, sobre todo si te gusta. Continuará…
Mario L. Palacios C.