Reyna y su carnicería, de olores y colores oaxaqueños
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Reyna y su carnicería, de olores y colores oaxaqueños

Baratillos de Tlacolula, Etla o Zaachila, lugares para abastecerse de carne


Fotos: Adrián Gaytán / En el mercado Benito Juárez, Reyna y su familia despachan todo tipo de cortes y formas de la carne de res y cerdo.
Fotos: Adrián Gaytán / En el mercado Benito Juárez, Reyna y su familia despachan todo tipo de cortes y formas de la carne de res y cerdo.

Los cortes de carnes y las tiras del chorizo verde, blanco y rojo visten de colores el local de Reyna Mejía Torres. El aroma de la carne fresca y de la seca, del chicharrón y de la barbacoa despiertan el apetito en más de uno; ya sean clientes o visitantes.

¿Me das medio kilo de tasajo?”, dice una señora sin preguntar en el precio de la carne. Seguida de ella llega otra clienta, pero mientras Reyna accede a platicar en torno a su oficio, dos jóvenes se apresuran para atenderlas.

A sus 22 años de edad y por la necesidad económica, Reyna incursionó en la tablajería, un oficio que aprendió de uno de sus tíos y que ha perfeccionado con la constancia. Originaria de la Villa de Zaachila, desde su local en el mercado Benito Juárez no solamente ha mantenido un oficio tradicional, el de ser tablajera o carnicera, sino también las recetas de su tierra natal.

Entre los sonidos y conversaciones habituales de un mercado con más de 100 años y donde la oferta de blandas y tlayudas es reiterada, Reyna y su familia despachan todo tipo de cortes y formas de la carne de res y cerdo, desde el tradicional tasajo hasta el chorizo verde o la barbacoa de Zaachila.

 

“Quisiera dejar un legado para mi estado porque ahorita se está perdiendo, ya los muchachos no quieren ser tablajeros”: Reyna Mejía Torres, tablajera

 

Con 59 años de edad y orgullosa de su oficio, a Reyna le gustaría que uno de sus hijos siga el camino que ella inició, que se quede con su negocio. Aunque sabe que entre las nuevas generaciones no siempre se mantiene este anhelo, así como el de la agricultura se perdió en su familia.

Quisiera dejar un legado para mi estado porque ahorita se está perdiendo, ya los muchachos no quieren ser tablajeros”, expresa la carnicera oriunda del barrio La Soledad y quien asegura traer “todo lo de Zaachila” a su local en este mercado de la ciudad de Oaxaca.

Biuses, barbacoa, chicharrones, sangre, tasajo, cecinas y chorizos son solo algunos de los alimentos que Mejía identifica como parte de su comunidad de origen. Pero en el caso del chorizo verde lo adjudica a la receta de un primo suyo que estudió en Reyes Mantecón.

Orgullosa de su trabajo como carnicera, Reyna remarca que también se siente halagada por mantener un oficio y las recetas de su estado, especialmente de la Villa de Zaachila, donde ha conocido a personas adultas mayores que aseguran ser las inventoras de ciertas recetas.

Sin embargo, reconoce que así como varios jóvenes han perdido el interés en los oficios tradicionales, en el estado ha bajado la actividad ganadera y agrícola, lo que ha incidido en el precio del ganado. En su caso, trata de conseguirlo en los tianguis o baratillos de Tlacolula, Etla y Zaachila.


aa

 

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