Día de La Samaritana resurge masivamente
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Día de La Samaritana resurge masivamente

Aunque en 2020 y 2021 la tradición oaxaqueña se mantuvo, esta fue solemne y aun con gran temor por los contagios de Covid-19


Día de La Samaritana resurge masivamente | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Adrián Gaytán / La variedad de bebidas estuvo presente en este cuarto viernes de Cuaresma

Pasadas las 14 horas, las multitudes seguían en el andador turístico, la Alameda de León y el zócalo. De las papeleras desbordaban ya los vasos de plástico que antes tuvieron agua de horchata, jamaica, chilacayota, tejate y otras bebidas tradicionales a base de frutas de la temporada, maíz y cacao.

La representación bíblica ocurrió al mediodía, cuando el repique de las campanas anunciaba no sólo la celebración sino una espera que llegaba a su fin en filas de cientos de personas.

Hubo quien llegó algunas horas antes y vio cómo las mesas empezaron a ser colocadas en el andador turístico y afuera de los comercios, hoteles y casas del Centro Histórico. En familia o con amigos, otros llegaron tarde y no alcanzaron a probar agua, nieve o dulce alguno. No faltó quien acudió incluso con jarras para ser llenadas del agua gratuita. Unos más resistieron en las filas alrededor de la catedral, entre el ruido de motores de un tránsito pesado o el cantar de un imitador de Vicente Fernández. Barrios fundacionales de la capital también celebraron el día con aguas de varios sabores y dulces tradicionales.

 

Foto: Adrián Gaytán / En el palacio municipal, el edil Francisco Martínez Neri degustó un pozontle de Villa Hidalgo Yalálag

 

SUSPENDIDA DOS AÑOS POR LA PANDEMIA

 

Hace dos años, las sospechas de los primeros casos de Covid-19 llevaron a cancelar la celebración de La Samaritana, organizada por la autoridad municipal y la Arquidiócesis de Antequera en la ciudad de Oaxaca. La fiesta estaba prevista para el 20 de marzo de 2020, pero no se concretó en el andador, sitio habitual del evento religioso-gubernamental.

En algunos hogares y comercios, el ánimo, la confianza y el festejo se mantuvieron en ese entonces, como el recordatorio de un día en el que la fe y tradición católica rememora el dar y compartir sin distinción al prójimo. Y que mantenían la esencia de La Samaritana.

El ayuntamiento capitalino dijo el 13 de marzo de 2020 que, hasta nuevo aviso, se cancelaban “todos los eventos y espectáculos públicos gubernamentales y no gubernamentales en el municipio”. Llamaba —en cambio— a seguir las recomendaciones y medidas que las autoridades de salud mundial y estatal habían emitido ante el coronavirus. Al día siguiente, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) descartaban un caso sospechoso, pero por la noche informaban de los primeros dos contagios: un hombre de 62 años y una mujer de 30, ambos oaxaqueños que habían estado en el extranjero.

Así como el pasaje bíblico, en donde una mujer de Samaria acude al pozo y Jesús le pide de beber, el dar agua se ha convertido en una tradición oaxaqueña que este cuarto viernes de Cuaresma, dos años después, volvió con más auge. Y al igual que ella, miles de locales y visitantes que se agolparon en las calles del Centro Histórico. En 2021, con un temor aún arraigado, el Día de la Samaritana se mantuvo, pero como una tradición de oaxaqueños y de un espíritu solemne.

 

RESURGIMIENTO MASIVO

 

En cambio ayer, el resurgimiento masivo de La Samaritana llegó pronto a las redes sociales de una joven que con vaso en mano y de fondo el exconvento de Santo Domingo daba cuenta del día. La celebración, que tiene mayor arraigo en los Valles Centrales de Oaxaca, fue vista por miles en páginas de Facebook, Instagram y otras redes sociales. De ella también quedaron vestigios en jardineras donde varios abandonaron sus vasos.

Este cuarto viernes, la tradición basada en la religión se retomó en el primer patio del palacio municipal y en otros sitios y hogares de la ciudad donde varias familias prepararon sus aguas y bebidas tradicionales para ofrecerlas en ollas de barro, en alusión al relato bíblico. Los puestos fueron adornados con flores de bugambilias, palmas y papel picado, y varios asistentes aprovecharon la ocasión para usar indumentarias tradicionales del estado. La vacunación contra Covid-19 alentó ese ánimo entre almas que portaban o no cubrebocas. Y que por la ocasión no podían guardar la sana distancia.

 

Foto: Adrián Gaytán / El pasaje bíblico, en donde una mujer de Samaria acude al pozo y Jesús le pide de beber, el dar agua se ha convertido en una tradición oaxaqueña

 

PRESENCIA ESTATAL

 

Cientos de asistentes acudieron con vasos y botellas propios para degustar una de las bebidas expuestas en la sede gubernamental, desde el agua de chilacayota, pasando por el pozontle de Villa Hidalgo Yalálag, el agua Tlacehual (de Sola de Vega), el agua de zapote negro y maíz negrito (de Coatecas Altas, Ejutla de Crespo), hasta la cerveza de piña traída de Tlacolula de Matamoros y el tepache de piña de granillo (de Miahuatlán de Porfirio Díaz).

Esperanza Hernández, Irinea Cristóbal Bautista, Gladys Calvo García, Catalina Lucas, Petra Dolores Valencia y Noemí López Hernández fueron las cocineras tradicionales que desde sus comunidades de origen trajeron una muestra de las bebidas que se preparan en mayordomías, bodas, la Semana Santa o en la despedida de alguien que falleció.

Al compás de las campanas que repicaban al mediodía, cientos se arremolinaban en torno al templo de la Preciosa Sangre de Cristo y en el andador turístico, en donde la autoridad municipal y la Arquidiócesis de Antequera revivieron el evento oficial.

La tradición llegó a Oaxaca por los evangelizadores en el siglo XVI, época en la que se empieza a repartir aguas en los templos; las mujeres de los barrios y las chinas oaxaqueñas fungían como madrinas y con grandes ollas repartían bebidas de horchata, limón y chilacayota”, explicaba Jorge Bueno, cronista de la ciudad de Oaxaca.

Con un grupo folclórico y actores, el pasaje bíblico del encuentro de Jesús con la Samaritana fue representado en la parroquia Sangre de Cristo. Algunos atentos, otros extrañados por una celebración que se considera exclusiva de Oaxaca, y unos más tomándose fotos para publicar en sus redes sociales, el Día de la Samaritana resurgió en medio de la pandemia.


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