Los otros damnificados del Istmo de Oaxaca
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Los otros damnificados del Istmo de Oaxaca

Vírgenes, Santos y Niño Dios sufrieron desperfectos debido al terremoto del pasado 7 de septiembre, a tres meses esperan ser reconstruidos. Los católicos buscan recuperar sus imágenes. Cada uno tiene su propia historia


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El terremoto de magnitud 8.2 ocurrido el pasado 7 de septiembre dejó muchos daños en el Istmo, los damnificados, hasta el momento no han logrado reconstruir sus hogares y rehacer su vida normal.

Dentro de los hogares católicos la gente tenía sus altares en los que se encontraban sus vírgenes, santos y niño Dios, “los otros damnificados”, cientos de ellos con daños, los cuales tiene que ser reparados debido al cariño e historias que guardan.

En Unión Hidalgo, Pedro Hernández Antonio, un joven de 28 años, se ha convertido en el restaurador de la fe, toda vez que como artista plástico, la gente lo busca para que pueda reparar a sus santos.

Pedro desde los seis años mostró inquietud por las artes plásticas, primero comenzó jugando con lodo, (barro) material con el que, hacia figuras, más adelante su mamá le regaló una cajita de plastilina con la que pudo tener un horizonte más amplio para modelar las figuras que le llamaban la atención en la televisión, personajes o animales como dragones, sirenas, centauros, descubriendo así este don.

Conforme fue creciendo se fue dedicando a otras artes como el dibujo, sin embargo, el modelado es su pasión, tan es así que a los 17 años, expuso una serie de figuras hechas con plastilina representativas de varias culturas, tan es así que aún guarda una figura de Frida Kalo, la cual ha conservado pese al paso del tiempo, pues otras más fueron presentando deterioro por el calor.

Los católicos buscanrecuperar sus imágenes

A raíz del sismo de magnitud 8.2 que sacudió al Istmo, muchas piezas o santos que las personas católicas tienen en sus altares, la mayoría resultó con fracturas, algunas leves, otras muy severas, por lo que la gente de la comunidad, se dio a la tarea de buscar quién podría repararlos y finalmente llegaron a sus manos.

“Son piezas que la gente cuida y quiere y por eso busca su reparación, normalmente realizo este tipo de trabajo, pero en esta ocasión, son muchas las piezas que han llegado y aquí les damos albergue. Las personas vienen y me piden que las valore, que vea el grado de daño que presentan, si tiene alguna salvación y poder rescatarlas, pues nosotros los istmeños, los zapotecas tenemos un apego muy grande con la religión católica y no queremos desprendernos tan fácilmente de nuestros santos, de esa figura que inclusive nos ha acompañado durante generaciones”, explica el artista.

Mencionó que la llegada de los otros damnificados comenzó poco después de dos semanas de haber ocurrido el sismo, cuando la gente tuvo un poco de tiempo para revisar sus pertenencias y rescatar lo que pudo de su casa, entre ello sus imágenes como la Virgen de Guadalupe, La Virgen de Carmen, de Juquila.

Indicó que en noviembre comenzaron a llegar las imágenes del Niño Dios de manera masiva, esto posiblemente ante la cercanía de las fechas de su conmemoración como es el 24 de diciembre, donde las familias festejan su nacimiento según la tradición.

Hernández Antonio ha entregado ya 30 imágenes restauradas y está trabajando otras 7, pero diariamente la gente llega pidiendo que valore las figuras, que vea que puede hacer para recuperarlas.

“No todas vienen con fracturas, algunas, por ejemplo, solo necesitan un mantenimiento en el color, ya que el color tiende a bajar y se va perdiendo con el paso del tiempo debido a la luz, el polvo y el sol. Los reviso, veo si están fracturados, si les falta alguna parte, como esta su color y en base a ello, pues ya les informó”, agregó.

Revela que no utiliza yeso para la reparación de las piezas, pues no es un material viable para pegar, no tiene mucha durabilidad, tiende a caerse, además que seca rápido y no permite su manejo, por lo que utiliza la pasta francesa entre otra cosa que utiliza para el trabajo de moldeado, con lo que el trabajo es prácticamente artesanal.

Cada uno tiene su propia historia

Cada de las piezas que le llevan tiene su propia historia, que la gente le cuenta cuando van a buscarlo para que las repare, por ejemplo, narró que una señora el día del terremoto, se encontraba en uno de los cuartos anterior a la sala donde tenía su mesa del santo y lo primero que hizo al sentir que todo se le venía encima, fue correr e hincarse ante el Cristo de Esquipulas.

“El cuarto se le vino abajo y prácticamente lo que la salvo fue estar ahí, en ese lugar donde estaba el altar, todo comenzó a caer y en ese lugar quedó a salvo, ahí no sufrió daños, pero el Cristo con el movimiento se cayó y sufrió algunos desperfectos, por eso lo trajo a reparar”, destacó.
Otro de los casos tiene que ver con una señora que llegó a verlo que tenía dos niños Dios, de los cuales, uno estaba partido a la mitad y el otro, se le cayó nada más la punta del pie, pero ya estaban muy deteriorados por el paso del tiempo, pues lo tenían desde hace mucho, al parecer su mamá se lo heredó.

“Igual su casa se vino abajo, se demolió y su esposo le dijo, tíralo y ya compramos otro, ya estaba convencida de tirarlo, pues no le veía salvación, sin embargo, al día siguiente tuvo un sueño en donde aparecieron dos niños muy sucios en la calle y uno de ellos estaba muy lastimado, que se había subido al árbol, se cayó y se lastimó, pero al pasar por donde estaban los niños, le decían que los llevara a curar, que su hermanito estaba lastimado, que los ayudará”.

La señora despertó y el sueño le pareció muy curioso, pues no tiene hijos pequeños, los suyas ya están grandes, tampoco tiene vecinos con niños pequeños o algún familiar cercano, por lo que no sabía porque había soñado con ellos, sin embargo, de repente le vino a la mente que tenía los niños Dios y de inmediato se dio a la tarea de buscar, quién podía repararlos.

El joven artista se siente bendecido de poder ayudar en la restauración y dar el consuelo y alivio a sus dueños, además que todo istmeño no duda en poner su granito de arena en la reconstrucción de su población que sufrió daños severos por el sismo y que mejor que dar albergue y alivio a los otros damnificados.


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