En la comunidad de Las Pozas perteneciente a la demarcación de Santa María Huatulco, hay familias que no cuentan con el sustento económico suficiente para las necesidades básicas y recurren a la naturaleza que los provee de la alimentación.
La comunidad de Las Pozas se encuentra a escasos 20 kilómetros al sur de la cabecera municipal de Santa María Huatulco, municipio al que también pertenece la agencia municipal de Santa Cruz, donde se ubica el reconocido complejo turístico de Bahías de Huatulco.
Bahías de Huatulco contrasta abismalmente con estas comunidades, en el destino turístico hay una derrama económica muy importante para el municipio y gobierno federal, el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur).
En Las Pozas se encuentra la familia García Blas, encabezada por el padre Aurelio y la hija mayor, Alma es una joven de 23 años de edad y desde hace seis años se hizo cargo de esta familia al fallecer su madre, quien perdió la vida de manera inesperada y por causas desconocidas.
Hace seis años Alma se hace cargo de sus seis hermanos menores y de su papá quien actualmente tiene 69 años de edad y se dedica al campo.
“Cuquis” como le dicen a Alma de cariño en la familia, dejó de estudiar por la falta de recursos, y porque no había quien se hiciera cargo de sus hermanos, ella cocina y realiza todos los quehaceres del hogar, en ocasiones, sale a trabajar a la cabecera municipal.
Ella platica mientras limpia una iguana, lo que será la comida del día, y que momentos antes sus hermanos atraparon en el monte, en ocasiones es lo único que se puede comer en el día, tal vez frijoles, café y tortillas son a veces los únicos alimentos. Si hay suerte en la cacería de sus hermanos o de su padre, comen conejo, iguana, armadillo, venado o cualquier otro animal de campo y comestible, o tal vez si hay suerte en la pesca del río que tienen a escasos metros de su casa y cuando tiene suficiente agua pueden pescar camaroncitos o chacales.
Su padre, tiene que sembrar todos los años maíz, eso no puede faltar porque con eso aseguran las tortillas todo el año, cuando no hay suerte en la cacería o pesca, sólo comen yerbas del campo como el chepil y otras que se dan naturalmente en la zona.
El agua que consumen la toman de un yacimiento natural cerca de su domicilio, la adquieren por gravedad a través de mangueras, esta solo es para tomar, cocinar y lavar trastes, en el río lavan ropa y se bañan.
Alma nos dice que las autoridades casi nunca llegan a su comunidad, “sólo vienen cuando andan en campaña política y nos prometen muchas cosas” siempre ha hecho falta un puente para poder llegar a sus hogares en la temporada de lluvias, cuando crece el río quedan totalmente incomunicados, pero ni una autoridad se ha preocupado por dar solución a esta necesidad manteniendo así en la marginación a estas familias.
De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) la pobreza extrema se mantuvieron en línea descendiente en algunos estados del país en la última década, pero en el estado de Oaxaca es lo contrario, en 2016 fueron 9.3 millones de personas (7.6%), menor a los 11.4 millones del 2014 (9.5%), 11.5 millones del 2012 (9.8%) y los 12.9 millones del 2010 (11.3%).
