La Selección Mexicana de fútbol comenzó con el pie derecho en el marcador, pero no así en el rendimiento. En su debut en la Copa Oro 2025, el “Tri” venció por un apretado 3-2 a República Dominicana en un duelo que, lejos de entusiasmar, dejó un sabor amargo tanto en la afición como en los analistas.
Lo que parecía una noche de trámite para los dirigidos por Javier “El Vasco” Aguirre, terminó siendo una prueba de resistencia ante un rival que, en el papel, era muy inferior. La fragilidad defensiva del conjunto mexicano, sumada a su falta de contundencia para cerrar el partido, encendió las alarmas de cara a un torneo donde se espera mucho más del equipo.
De la superioridad inicial al sufrimiento final
Durante los primeros minutos, México impuso condiciones y se adelantó cómodamente en el marcador con goles de Raúl Jiménez, Edson Álvarez y César Montes. El 3-1 parcial daba la impresión de una noche tranquila.
Sin embargo, el desarrollo del juego dio un giro inesperado. Los dominicanos, liderados por Federico y Azcona, descontaron y pusieron contra las cuerdas a una defensa mexicana desconcertada y sin coordinación.
En los últimos minutos, los caribeños asediaron la portería azteca y estuvieron a punto de igualar el marcador. Solo el silbatazo final permitió que el “Tri” respirara y conservara los tres puntos.
Aguirre: “Un triunfo sufrido, pero justo”
A pesar de la pobre exhibición, el técnico nacional Javier Aguirre intentó rescatar el resultado.
“Es un buen triunfo para empezar. Un triunfo sufrido, pero justo”, declaró el “Vasco” en conferencia de prensa, subrayando la importancia de sumar al inicio del torneo.
Pero ni sus palabras ni el resultado lograron disipar las dudas. El equipo se mostró sin un sistema de juego consolidado, con fallas en la salida desde el fondo, sin fluidez ofensiva y con una preocupante desconcentración en los tramos finales del encuentro.
¿A qué aspira este México rumbo al Mundial?
Más allá de los tres puntos, lo que quedó en evidencia fue la falta de cohesión y claridad en el juego del combinado mexicano. De cara al Mundial 2026 —que está cada vez más cerca—, el desempeño ante República Dominicana deja más preocupaciones que certezas.
La afición esperaba un debut arrollador que marcara el camino en la Copa Oro. En cambio, encontró un equipo frágil, sin liderazgo claro y con poca capacidad de reacción.
Próximos retos: ¿oportunidad o amenaza?
El calendario no da respiro. México enfrentará a Surinam en su segundo compromiso. Aunque históricamente se considera un rival menor, en los últimos años ha mostrado progreso. Si el equipo mexicano no mejora su concentración, podría pasar nuevamente apuros innecesarios.
Después vendrá el duelo contra Costa Rica, probablemente el más exigente del grupo. Será un enfrentamiento con sabor a revancha, ya que los ticos están dirigidos por Miguel “Piojo” Herrera, exseleccionador nacional. Ambos equipos buscarán el liderato y una mejor ubicación en la siguiente fase del torneo.
Ganar no siempre significa convencer
El resultado fue favorable, pero el desempeño encendió las alarmas. México ganó, sí, pero sin autoridad ni brillo. En torneos cortos como la Copa Oro, cada partido cuenta no solo en puntos, sino también en confianza. Si el “Tri” quiere ser candidato real al título —y más aún, llegar con buenas sensaciones al Mundial 2026—, necesita mucho más que una victoria apretada ante un rival modesto. Necesita identidad, solidez y, sobre todo, fútbol.