Al mojo de ajo o enchilados, naturales o incluso con sabor a habanero, y por medidas que van desde los 30 pesos, Silvia Cruz González ofrece chapulines en la calle Aldama, en el centro de la ciudad de Oaxaca.
Diariamente, desde hace varios años y con excepción de los miércoles, coloca su puesto casi en la esquina con Miguel Cabrera, donde locales y turistas acuden por este alimento que forma parte de la identidad de las y los oaxaqueños, especialmente de los Valles Centrales.
Los chapulines son insectos que en su natal Santa Lucía Ocotlán aparecen con la temporada de lluvias entre la milpa, los sembradíos de alfalfa u otros. Desde julio y hasta octubre es habitual verlos en grandes cantidades, cuenta Silvia, quien comenta que la recolección tiene que hacerse durante las madrugadas o por las tardes, casi al ponerse el sol.
“Es muy nutritivo”, dice Cruz, quien como otras vendedoras coloca sus canastas repletas de este alimento, uno que según la preparación puede ser de un color café o rojo intenso. Las chicatanas (otro insecto que se consume en Oaxaca o estados como Chiapas), la salsa de chapulines, entre otros, son los que la oriunda de Santa Lucía Ocotlán ofrece para ganarse el sustento diario.
Los insectos han sido considerados como alimentos muy nutritivos, pero que todavía no son parte esencial de la dieta de las y los mexicanos. Aun así, en algunos estados del país sí son consumidos habitualmente, como ocurre en Oaxaca.
En la revista “Global” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la investigadora Mariana Isabel Valdés Moreno destacaba en 2022 que los insectos tienen muchos beneficios, pues contienen “potasio, vitamina A, algunos componentes de las vitaminas B y C y calcio; esto de manera general, debido a que cada insecto tiene su propio valor nutrimental”.
Asimismo, que no tiene colesterol, a diferencia de la carne. Los insectos, explicaba la jefa de la carrera de nutriología en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, cuentan con “proteína digerible, pero no tienen grasa que se asocie a enfermedades cardiovasculares o riesgo cardiovascular”.
Como estos beneficios, la académica refiere que los insectos tienen otros nutrientes y que el consumirlos en lugar de las carnes podría ayudar a reducir el impacto ambiental de estas últimas.
