El amor y la amistad son valiosos sentimientos que nos da Dios con alegría y aunque algunas personas no lo entienden, los “animales” nos lo demuestran sin palabras porque no pueden hablar, pero sí con sus actitudes y demostraciones de cariño.
Aprendamos que la magia de un regalo es cuando al dar con abandono somos ampliamente recompensados. Aceptar un regalo puede requerir talento, tomando en cuenta que es mejor DAR que RECIBIR.
Nunca dejemos de maravillarnos con la belleza de la naturaleza que es un magnífico regalo a nuestros sentidos, del amor de nuestra familia y cariño de nuestros amigos.
Un amigo nos recuerda cuando nos hemos olvidado de nosotros mismos, nos ubica y apoya a reencontrarnos, puede con libertad alabarnos sin que nos apenemos. Ellos le toman un cariño especial a nuestro trabajo, nuestra salud, nuestras dolencias físicas y morales y nuestros planes. Pueden regañarnos como lo hacían nuestros padres, sin que nos enojemos, claro está. Si están callados, debemos comprenderlos, se necesita un alma muy grande para ser un amigo. A nosotros nos queda perdonar, olvidar y aguantar muchas veces.
Para alimentar una buena amistad se requiere de: tiempo, afecto, fuerza, paciencia, comprensión, empatía y amor por supuesto. Se ha visto que alguna vez “alguien” da su vida por sus amigos. No existe una amistad verdadera sin el sacrificio propio. Hacer amigos puede tomarnos tiempo, pero una vez que lo hemos logrado, ni la vida, ni la muerte, ni la incomprensión, ni la distancia, ni la duda, deben interferir.
Cultiva el amor en tu vida, al fin y al cabo el amor es lo que da sentido a la vida y lo que nos hace más hermanos. El amor es la fuerza más poderosa del universo y nos da la capacidad de conectarnos con los demás y acercarnos principalmente a Dios”.
Les invito a orar por lo desgarrador e indecible que está sucediendo en Turquía y Siria con tanto sufrimiento por los sobrevivientes, también por lo terrible que están viviendo los sacerdotes en Nicaragua y en otras partes del mundo. Dios se apiade de todos ellos.
Que sigamos recibiendo la protección y amor de Dios para con nosotros. Muchas gracias a las demostraciones de cariño de algunos de mis lectores. Licenciada María Hortensia Lira Vásquez. Celular 951 21 14 138.
