Comunidad católica de Oaxaca: de la preferencia por los pobres a escándalos de pederastía
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Comunidad católica de Oaxaca: de la preferencia por los pobres a escándalos de pederastía

Algunos han tenido como objetivo fundamental la protección de los más pobres, otros han mostrado su visión política y empresarial y hay quienes han lidiado con escándalos vinculados a casos de pederastia, así se ha forjado la historia de la arquidiócesis de Antequera-Oaxaca


Comunidad católica de Oaxaca: de la preferencia por los pobres a escándalos de pederastía | El Imparcial de Oaxaca

La comunidad católica de Oaxaca recuerda el legado de sus arzobispos, desde el primero, don Eulogio Gregorio Guillow y Zavalza, a quien se ha definido como hombre culto, práctico, buen sacerdote y mejor empresario, hasta el actual pastor Pedro Vásquez Villalobos.

Reconocen la trascendente labor de Bartolomé Carrasco Briseño que se caracterizó por asumir la Opción Preferencial por los Pobres, al entrar en contacto con la realidad de abandono y marginación de las comunidades y pueblos indígenas. Como también la presencia de Héctor González Martínez representante de la llamada “Iglesia restauradora”, una más clerical y alejada de las vivencias del pueblo.

Así como a José Luis Chávez Botello quien encaró el conflicto generado por las acusaciones de pederastia en contra de varios sacerdotes, al grado de decir: “A todos los que hayan sido dañados, aún ocultamente, aunque uno no sabe, siempre estaremos dispuestos a pedir perdón”.

Después de que se le otorgó el titulo de ciudad a la villa de Antequera, perteneciente a la provincia de Oaxaca, fue erigido por bula de Paulo III, el 21 de junio de 1535, el obispado de Antequera, llamado así por el lugar de su sede.

Se le concedió el título de la virgen Santa María y nombrado como primer Obispo don Juan López de Zárate (1490-1555). Comprendía Oaxaca, parte de Puebla, Guerrero y Veracruz.

Para 1636 su territorio abarcaba en Oaxaca: Xilacayoápam y Juxtlahuaca. En Guerrero: Ometepec. En Veracruz: Tuxtla, Acayuca, Minatitlán y parte de Cosamaloapan. En Tabasco Huimanguillo y algunos pueblos de Cunduacán.

La diócesis de Antequera tuvo 31 obispos desde su erección hasta el 23 junio de 1891, cuando fue elevada al rango de arquidiócesis. Su primer Arzobispo fue don Eulogio Gregorio Gillow y Zavalza (1891-1922).

En este mismo año la diócesis de Puebla cedió las parroquias de Coicoyán, Mixtepec y Amapan, pertenecientes a Oaxaca y de Puebla, Tehuacán y Coxcatlán.

A partir de su elevación la arquidiócesis de Antequera-Oaxaca ha contado con 6 arzobispos, actualmente dirige la arquidiócesis monseñor Pedro Vásquez Villalobos.

La arquidiócesis de Antequera-Oaxaca está regida por un arzobispo asistido por un obispo auxiliar, además forma parte de la Conferencia Episcopal Mexicana y pertenece a la zona pastoral del Pacífico-Sur. Sus diócesis sufragáneas incluyen las Prelaturas territoriales de Huautla y de Mixes, así como las diócesis de Puerto Escondido, Tehuantepec y Tuxtepec.

Diseñan el camino de la arquidiócesis

El primer Arzobispo fue don Eulogio Gregorio Guillow y Zavalza, a quien se ha definido como hombre culto, práctico, buen sacerdote y mejor empresario. Sus excelentes relaciones personales con Roma fueron las cartas credenciales que iniciaron una buena amistad con Porfirio Díaz.

En la primera participación de México en una Exposición Universal –Nueva Orleáns 1884-, el general oaxaqueño lo nombró representante del gobierno mexicano y tras su exitosa participación, los lazos entre ambos personajes se estrecharon. Gillow combinaba el sacerdocio, la fundación de escuelas, hospicios y obras de caridad, con exposiciones agroindustriales que realizaba en su hacienda y la inversión en la construcción de ferrocarriles.

En julio de 1887, el templo de la Profesa se vistió de gala para consagrarlo Obispo de Oaxaca –más tarde sería Arzobispo- y don Porfirio le mostró su aprecio aceptando figurar entre los padrinos –las Leyes de Reforma ya eran letra muerta. Tiempo después, el Vaticano propuso a Gillow ser el primer cardenal mexicano, pero Díaz le “sugirió” no aceptar. Sólo su preclara inteligencia y su sentido de la política permitieron a Gillow pasar tan amargo trago, y siguió sirviendo al gobierno hasta la caída del régimen.

A su muerte, en el año de 1922 fue sustituido por José Otón Núñez y Zárate, quien llego precedido de una intensa labor social hacia los obreros y campesinos en Zamora de Hidalgo, Michoacán, entre 1909-1913. Su presencia en la diócesis, y el activismo político de sacerdotes y laicos, inspiró a muchos católicos para movilizar sus energías en la constitución de numerosas organizaciones católicas que se ocuparon de los problemas que aquejaban a los trabajadores.

Pero también fue una oportunidad de la Iglesia, jerarquía y base social, para competir abiertamente en el espacio público, durante la revolución maderista, y legitimar su existencia en la sociedad civil.

Tras durar en el cargo casi 20 años y fallecer a los 74 años de edad, lo sucedió monseñor Fortino Gómez León, quien nació el 11 de agosto de 1890 en Celaya, Guanajuato. Rindió protesta como arzobispo el 21 de noviembre de 1942. Se convirtió en obispo emérito el 25 de julio de 1967 y falleció el 13 de junio de 1986. Permaneció 25 años en esta representación.

El 25 de Febrero de 1956, el Papa Paulo VI, nombró a Ernesto Corripio Ahumada, Arzobispo de Oaxaca, y el 8 de Marzo de 1976, fue trasladado a la sede metropolitana episcopal de Puebla de los Ángeles. Posteriormente, confiando en sus habilidades pastorales y administrativas, fue promovido a la sede metropolitana de la Ciudad de México, el 19 de julio de 1977. Murió en el 2008.

Presidió la Conferencia Episcopal Mexicana dos períodos consecutivos (1967-1973). Asistió en Roma al Sínodo Extraordinario de Obispos en 1969 y siempre mantuvo la conveniencia de que representantes de la Iglesia Católica, participarán en la reglamentación del artículo 130 Constitucional, porque aportarían situaciones para cumplir mejor su ministerio; y advirtió en todo momento que el nuevo reto era evitar que la Iglesia Católica se subordine ante leyes positivas.

Voz crítica desde La Iglesia Católica

Bartolomé Carrasco Briseño fue nombrado arzobispo de Antequera-Oaxaca el 11 de junio de 1976 y tomó posesión del cargo el 1 de septiembre de ese año, en sustitución de Ernesto Corripio Ahumada.

Como arzobispo titular, recibió en Oaxaca al Papa Juan Pablo Segundo, el 29 de enero de 1979, durante su primera visita a México y estuvo 17 años en esta representación, lapso en el cual habló de la pobreza, de las diferencias sociales y fue una voz muy crítica desde la iglesia católica, así lo recordaron los miembros de la arquidiócesis.

Aunque todos tuvieron sus maneras particulares de llevar el cargo, monseñor habló por los pobres y los desprotegidos, pues se caracterizó por asumir la Opción Preferencial por los Pobres, al entrar en contacto con la realidad de abandono y marginación de las comunidades y pueblos indígenas.

De esta forma, impulsó un programa de Evangelización Integral para abordar los problemas sociales a la luz del Evangelio y con esto, hacer que los pobres fueran sujetos activos de los cambios necesarios.

Desde su llegada a la arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, junto a los obispos de la región Pacífico-sur, dio orientaciones proféticas por su visión de pastor, sobre los principales problemas sociales en esta zona, por medio de varios documentos. Nuestro compromiso cristiano con los Indígenas y Campesinos de la Región Pacífico-Sur, Los Refugiados guatemaltecos en Chiapas, Vivir cristianamente el compromiso político, Narcotráfico, preocupación pastoral, Los Pobres: signos de Resurrección, Evangelio y bienes temporales, Alcoholismo, preocupación pastoral y La Pastoral Indígena, entre otros.

El sexto arzobispo fue Héctor González Martínez, quien llegó al arzobispado el 4 de octubre de 1993 y 10 años después, el 11 de febrero de 2003 fue nombrado con el mismo cargo en Durango.

Como parte de la llamada Iglesia restauradora, una más clerical y alejada de las vivencias del pueblo, González Martínez llegó con la misión de acabar con el modelo de Evangelización Integral y alejado de todo proceso vinculado con la Opción Preferencial por los Pobres.

Fue señalado por sacerdotes que desde abril de 1988, fecha en que llegó a la arquidiócesis, primero como coadjutor, empezó “el martirio” de Bartolomé Carrasco y su presbiterio. “La misma Iglesia martirizó a monseñor Carrasco al violentar su dignidad humana y eclesial, ya que lo relegó a un segundo plano al nombrarle un coadjutor que vino con facultades especiales”.

José Luis Chávez Botello fue designado Arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera en Oaxaca, y asumió la responsabilidad el 8 de enero de 2004. Al concluir su tarea episcopal pidió perdón a los niños, niñas, familiares de quienes sufrieron pederastia de parte de sacerdotes.

Al permanecer 14 años al frente, dijo estar de lado de toda persona que haya sufrido algún agravio, alguna afectación de parte de quienes deberían llevar el bien común y el respeto. “A todos los que hayan sido dañados, aún ocultamente, aunque uno no sabe, siempre estaremos dispuestos a pedir perdón; pero en el caso de la cuestión pública, le toca a otros a quienes tienen que denunciar los delitos”, indicó.

A Chávez Botello se le acusó de haber protegido al exsacerdote Silvestre Hernández, así como al exrector de la Catedral, Carlos Franco Méndez, quienes fueron señalados de cometer abuso sexual en contra de menores. “Se revisaron todos los casos y no solo internamente con los párrocos, también Roma lo revisó”.

El actual Azobispo es Monseñor Pedro Vázquez Villalobos, fue designado por el Papa Benedicto XVI Obispo de la Diócesis de Puerto Escondido en octubre de 2012 y el 10 de febrero de 2018 fue nombrado Obispo de Antequera Oaxaca por el Papa Francisco.