Discriminación que mata a las lenguas indígenas de Oaxaca
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Discriminación que mata a las lenguas indígenas de Oaxaca

Embajadores lingüísticos reflexionarán sobre las consecuencias de una violencia poco visible de la discriminación, como el negar hablar una lengua para “sobrevivir”


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Parecería que es anormal hablar una lengua indígena y que lo común es sólo hablar el español, considera Tomás López Sarabia, presidente del Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción, asociación civil (Cepiadet).

Aunado a esto, el ser bilingüe también se considera dentro de la regla, cuando a su parecer lo ideal y normal también sería el aprender tres o cuatro idiomas, como en países como Bélgica, donde desde edad muy temprana las personas aprenden el francés, alemán, inglés u otras lenguas, como si de algo natural se tratara.

Hablar una lengua indígena tiende a asociarse con la ignorancia, la pobreza, la falta de desarrollo o un bajo nivel educativo, es decir, “todo lo negativo lo asemejas porque hablas una lengua indígena o porque eres indígena”, explica López Sarabia.

El lingüista juchiteco Víctor Cata también se ha referido a esta cuestión, al tiempo de señalar que a las lenguas originarias no se les ha valorado como debe, pues se les relaciona con la pobreza, la ignorancia y la marginación.

Desde hace tiempo, Zaira Hipólito, de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova (BIJC), ha dicho que si bien la Colonia fue un periodo que contribuyó a mermar el número de hablantes, no se le puede atribuir como responsable de la muerte de las lenguas.

Y es que, después de la Colonia, según el Censo de Revillagigedo (efectuado en 1790) el porcentaje de la población del país que aún hablaba una lengua indígena era de 65 por ciento.

Sin embargo, en una ponencia realizada en marzo, López Sarabia mencionaba que la tendencia, calculada a partir de 1820, es de un descenso en el número de hablantes y que según las estimaciones será en 90 años cuando las lenguas del país y Oaxaca desaparezcan.

Actualmente, la población hablante de alguna lengua indígena en el país es del 6.5 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La muerte de las lenguas indígenas a causa de la discriminación es un tema que resaltan Zaira e Hipólito, cada uno desde la institución que representa y a través de las cuales han encaminado varios proyectos, siendo uno de ellos el de embajadores lingüísticos.

Esta iniciativa, que reúne esfuerzos del Cepiadet y la Biblioteca Juan de Córdova, sigue su desarrollo a través de un encuentro a realizarse los días 29 y 30 de agosto.

Encuentro de embajadores

A decir de Tomás, la idea de trabajar con los embajadores es poner sobre la mesa que lo normal no es tener y hablar una sola lengua, sino vivir en una diversidad que no se establezca sólo en el discurso, sino en la realidad cotidiana a la que se enfrentan los embajadores.

El trabajo de estos días será con 28 nuevos embajadores y 10 que han estado activos desde hace más de un año.

Los primeros 10 embajadores son personas de distintas profesiones y ocupaciones, así como provenientes de varias partes del país, y son hablantes o no de alguna lengua indígena. Los 28 que se incorporan son de comunidades de Oaxaca y son hablantes de lenguas indígenas.

En el encuentro participarán hablantes de los idiomas mixteco, zapoteco, mixe, mazateco, entre otros y que vienen de comunidades con las que Cepiadet o la BIJC tienen trabajos previos. Además de que sus comunidades contaran con un índice de 50 a 80 por ciento de hablantes de lenguas indígenas.

A partir de estos criterios se reunirán hablantes de comunidades como Santiago Jamiltepec, San Miguel Suchixtepec, Villa Díaz Ordaz, San Pedro Huilotepec, San Felipe Usila, San Dionisio del Mar, San Andrés Paxtlán, San José Tenango, San Juan Quiotepec, Huautla de Jiménez y San Pedro Amuzgos. Algunos de ellos estudiantes de la Escuela Normal Bilingüe Intercultural de Oaxaca (ENBIO).

“La idea es que se empiecen a generar estos procesos de sensibilización o reflexión en sus propias lenguas y contextos”, pues en varias ocasiones lo que se hace es propiciar el análisis, pero desde una lengua distinta a la de ellos (por ejemplo, en español), explica Tomás López Sarabia.

Violencia poco visible, pero cotidiana

“Cuando uno revisa los datos y ve esta extinción de las lenguas, se ve una violencia muy fuerte, porque es un proceso de discriminación cotidiana que te orilla a ocultar lo que eres o lo que hablas”, menciona López Sarabia sobre un proceso que además de la pérdida de las lenguas trae la extinción de códigos, principios y valores de las comunidades, que se manifiestan a través de las lenguas.

Zaira Alhelí Hipólito López, coordinadora de difusión y proyectos culturales de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, añade que la importancia del encuentro es para abordar el tema de la negación, que se manifiesta —por ejemplo— en la ciudad cuando las personas hablantes de alguna lengua indígena niegan hacerlo.

Necesitamos hacer esa reflexión, particularmente los embajadores que están en las universidades, detalla, pues son ellos quienes pueden hablarles a sus compañeros y motivarlos a expresarse en sus lenguas, señala.

Y es que piensa que ello generaría más confianza y convencimiento, a diferencia de que si lo hicieran personas o instituciones como Cepiadet o la Biblioteca Juan de Córdova, de las que se asume tienen como labor promover estas lenguas.


aa

 

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