El calcio es uno de los minerales más importantes para el cuerpo humano, fundamental no solo para mantener huesos y dientes fuertes, sino también para la correcta función de los músculos, nervios y circulación sanguínea. Mantener una ingesta adecuada de este nutriente a lo largo de la vida es clave para prevenir trastornos óseos y otros problemas de salud que pueden surgir debido a su deficiencia.
LA IMPORTANCIA DEL CALCIO PARA EL ORGANISMO
De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), el proceso de pérdida de masa ósea comienza a partir de los 30 años y se acelera con la edad. Esto puede hacer que los huesos se vuelvan frágiles y más propensos a fracturas. Sin embargo, el calcio no solo se acumula en los huesos, sino que juega un papel vital en otras funciones corporales, como el movimiento muscular, la transmisión de señales nerviosas y la correcta circulación sanguínea. También es esencial en la liberación de hormonas clave para diversos procesos metabólicos.
EL ROL COMPLEMENTARIO DE LA VITAMINA D
La vitamina D es un nutriente que trabaja en conjunto con el calcio, facilitando su absorción por parte del cuerpo. Sin niveles adecuados de esta vitamina, el calcio no puede ser absorbido de manera eficiente, lo que pone en riesgo la salud ósea. La Clínica Universidad de Navarra destaca que otros nutrientes como el manganeso, magnesio, vitamina B12, vitamina K y zinc también juegan un papel crucial en la absorción del calcio y el mantenimiento de la salud ósea.
FUENTES NATURALES DE CALCIO
Una forma sencilla y natural de asegurar una ingesta adecuada de calcio es a través de los alimentos. La Clínica Universidad de Navarra ha detallado una lista de alimentos ricos en este mineral, los cuales son esenciales para mantener los niveles adecuados de calcio en el cuerpo.
Algunos de los alimentos recomendados incluyen:
Quesos curados como el Gruyère, Emmental, Roquefort y Bola: Estos quesos son ricos en proteínas, calcio y grasas, aunque con alto contenido calórico, por lo que deben consumirse con moderación.
Sardinas en aceite: Además de ser ricas en calcio, las sardinas contienen ácidos grasos omega-3 y vitamina D, beneficiosas para la salud cardiovascular.
Yogur: Una fuente natural de calcio y probióticos que también promueve la salud digestiva.
Almendras y avellanas: No solo aportan calcio, sino también grasas saludables, antioxidantes y proteínas.
Higos secos: Son ricos en fibra, antioxidantes y minerales como el potasio, además de ser una buena fuente de calcio.
Otros alimentos que pueden contribuir a un adecuado consumo de calcio incluyen el queso de Burgos, las lentejas, los garbanzos, el requesón, y las verduras de hoja verde como acelgas y espinacas.
¿CUÁNTO CALCIO DEBEMOS CONSUMIR?
La cantidad de calcio recomendada varía según la edad y el sexo de la persona. Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), las recomendaciones de ingesta diaria de calcio son las siguientes:
- Bebés hasta los 6 meses: 200 mg.
- Bebés de 7 a 12 meses: 260 mg.
- Niños de 1 a 3 años: 700 mg.
- Niños de 4 a 8 años: 1,000 mg.
- Niños de 9 a 13 años y adolescentes de 14 a 18 años: 1,300 mg.
- Adultos de 19 a 50 años: 1,000 mg.
- Hombres de 51 a 70 años: 1,000 mg.
- Mujeres de 51 a 70 años: 1,200 mg.
- Adultos mayores de 71 años: 1,200 mg
- Adolescentes, mujeres embarazadas o en lactancia: 1,300 mg.
La leche y otros productos lácteos son algunas de las fuentes más conocidas de calcio, pero también existen muchas alternativas vegetales y de origen marino que pueden ser igualmente efectivas.
EN RESUMEN
El calcio es fundamental para una salud ósea adecuada y para otras funciones vitales del cuerpo. Asegurar una ingesta suficiente de este mineral, a través de la dieta y con la ayuda de nutrientes complementarios como la vitamina D, es esencial para prevenir enfermedades como la osteoporosis y mantener una buena calidad de vida a lo largo de los años. Si tienes dudas sobre la cantidad de calcio que necesitas o qué alimentos incorporar a tu dieta, es recomendable consultar con un profesional de la salud o nutricionista