El estado de Guanajuato volvió a ser escenario de la violencia extrema que lo ha convertido en el epicentro de los homicidios en México. La tarde del sábado 5 de julio, Ignacio Alejandro Roaro Aguilar, secretario del Ayuntamiento de Apaseo el Alto, fue asesinado a balazos mientras se encontraba en un partido de basquetbol en el Parque Ecológico municipal.
De acuerdo con los primeros reportes, sujetos armados a bordo de una motocicleta se acercaron al lugar y dispararon directamente contra Roaro Aguilar. Quien se encontraba en compañía de otras personas. El ataque fue certero y brutal. A pesar de la llegada de paramédicos y elementos de seguridad, el funcionario perdió la vida en el sitio.
Una segunda persona resultó herida y fue trasladada de emergencia a una clínica particular. Donde su estado de salud se reporta como grave. Hasta el momento, no ha sido identificada oficialmente.
ZONA ACORDONADA Y SIN DETENIDOS
Elementos de la Guardia Nacional, servicios de emergencia y policías locales acordonaron el área e implementaron un operativo para tratar de ubicar a los agresores. Sin embargo, como ha ocurrido en otros crímenes de alto perfil en la región, no hay personas detenidas hasta ahora, y no se ha informado sobre avances concretos en la investigación.
El crimen se produce en un contexto de violencia desbordada en Guanajuato, entidad que desde hace años lidera las estadísticas nacionales de homicidios dolosos. De enero a mayo de 2025, el estado acumula mil 435 asesinatos, una cifra que ilustra la gravedad del deterioro de la seguridad pública.
UN GOBIERNO MUNICIPAL GOLPEADO Y SIN RESPUESTAS
El Ayuntamiento de Apaseo el Alto reaccionó con indignación ante el asesinato de Roaro Aguilar. A través de un comunicado oficial, calificó el ataque como “artero, vil y cobarde”, y expresó condolencias a familiares y amigos del funcionario caído.
“El Gobierno Municipal de Apaseo el Alto condena enérgicamente el artero, vil y cobarde ataque ocurrido este sábado 5 de julio, en el que perdió la vida nuestro compañero y amigo (…) Para nosotros este dolor no tiene nombre”, expresó el texto.
También aseguraron estar trabajando en estrecha coordinación con la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Seguridad y Paz de Guanajuato, y fuerzas federales, aunque la ciudadanía exige acciones concretas y no sólo comunicados.
VIOLENCIA CONTRA FUNCIONARIOS, UNA TENDENCIA CRECIENTE
Este crimen ocurre apenas semanas después de que, el pasado 16 de junio, un elemento de seguridad municipal también fuera asesinado en la carretera federal Querétaro-Celaya, cuando intentaba repeler una agresión armada.
Por otra parte, los ataques contra servidores públicos, policías y funcionarios ya no son casos aislados, sino parte de una escalada preocupante en municipios clave del corredor industrial del Bajío.
GUANAJUATO: EL ESTADO MÁS LETAL DE MÉXICO
Con base en cifras oficiales, Guanajuato es la entidad con más homicidios dolosos registrados en México durante lo que va del año. Las causas de esta violencia son múltiples: disputas entre cárteles, ausencia de estrategias locales efectivas, y un debilitamiento institucional que ha convertido al estado en un terreno de alto riesgo para la función pública.
A pesar de los esfuerzos de comunicación institucional, la población percibe una creciente desprotección e impunidad, que golpea tanto a civiles como a funcionarios. La ejecución de Ignacio Roaro Aguilar no sólo refleja la inseguridad, sino también el fracaso sistemático para garantizar condiciones mínimas de paz en la vida pública local.
¿QUIÉN RESPONDE ANTE LA BARBARIE?
El asesinato de un secretario del Ayuntamiento, en pleno parque municipal y a plena luz del día, no es un hecho menor. Es una señal de la pérdida de control del Estado en muchos niveles. Si los funcionarios públicos pueden ser asesinados sin consecuencias, ¿qué queda para el resto de la ciudadanía?
El crimen contra Ignacio Roaro Aguilar debe ser investigado con transparencia y resultados, no con discursos huecos. El país, y Guanajuato en particular, no pueden seguir normalizando la ejecución de servidores públicos como parte del paisaje cotidiano de violencia.
Finalmente, hoy, Apaseo el Alto llora a uno de sus funcionarios. Pero más allá del luto institucional, este hecho debe ser un punto de inflexión para exigir justicia, verdad y garantías reales para quienes, desde el servicio público, siguen trabajando en medio del miedo.