Después del triunfo indiscutible del republicano Donald Trump, en las pasadas elecciones a presidente en Estados Unidos, en México queda la incógnita sobre su actuación en relación con nuestro país.
El ahora presidente electo de Estados Unidos puede ser un demonio, pero nunca un ángel. Lo más viable, y basándome en el contexto y acciones de su anterior mandato, en lo personal opino que será un personaje nefasto para México, sobre todo por la persecución de migrantes que el republicano anticipó durante su campaña, y que podría llevar a cabo de forma más radical y agresiva; además de tratar de imponer aranceles a nuestras exportaciones, si no se cumplen sus deseos.
Lo veremos en el 2025.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.