Ante un escenario poco alentador, es urgente alcanzar un sistema fuerte de sanidad pública, ya que en el país existen niveles de pobreza y de desigualdad que no aguantarán sin esos servicios. El reto es cerrar las brechas que señalan las diferencias entre los que tienen y los que carecen, de lo contrario se acentuarán los problemas.
Hablar de salud no solo se refiere a la ausencia de alguna enfermedad, sino a la plena capacidad para trabajar, estudiar y desempeñarse con mayor dinamismo en todas las facetas de la actividad social y todas las etapas de la vida. A pesar del esfuerzo de todos los trabajadores de las instituciones del sector salud, es necesario contribuir a brindar mejores servicios médicos a la sociedad y con ello, elevar los índices de desarrollo humano.
En Oaxaca la diabetes es la primera causa de muerte en adultos, después de las enfermedades cardiovasculares, derivadas de la hipertensión que son provocadas por la obesidad y el sobrepeso. Pese al recurso millonario destinado para combatir la enfermedad, es insuficiente y los pacientes se quejan de la falta de una atención adecuada y escasez de insumos para atender, por ejemplo, a pacientes que requieren de diálisis o hemodiálisis, complicaciones derivadas de la diabetes.
Por ello, urge implementar una política de datos de salud que permita conocer la calidad de los servicios de salud, una reforma estructural al sector, sobre todo porque el envejecimiento demográfico en México y la desigualdad económica y social son los retos de mayor importancia en los que deben centrarse los esfuerzos de sanidad pública.
Con la estimación de que en 2050 habrá 49,4 millones de personas mayores de 70 años en el país y con una desigualdad cada vez mayor, el sistema público de salud debe empezar a trabajar en estas prioridades.
Tenencia de la tierra
La ausencia de seguridad jurídica en la tenencia de la tierra impide acelerar el crecimiento urbano y garantizar la dotación de los servicios básicos como agua potable, drenaje, pavimentación y otros más. En Oaxaca la situación es compleja, lo cual ha ocasionado que no se haya detonado el desarrollo de unidades habitacionales debido a la falta de reserva territorial para emprender nuevas inversiones.
En la capital del estado, donde se han identificado reservas en el sureste y sur, así como en otros municipios, se complica la aspiración de comprar la reserva territorial, pues en la mayoría de los casos son comunales o ejidales.
Los desarrolladores de complejos habitacionales, como un primer paso, deben realizar la revisión y análisis de los núcleos agrarios ubicados en 21 municipios, 11 de la zona sureste y 10 de la zona sur, en cuyo interior se encuentran 18 y 23 núcleos, respectivamente.
Así como contar con información detallada de cada ejido o comunidad, iniciar el proceso de negociación y en su oportunidad, la instrumentación de las acciones formales para desagregar la tierra del régimen de propiedad social e insertarlo en el de propiedad privada.
Las cifras oficiales establecen que Oaxaca tiene una superficie de nueve millones 314 mil 700 hectáreas, con 570 municipios y una población superior a los tres millones 438 mil.
A partir de 1992, con la reforma al Artículo 27, se permitió la privatización y venta de tierras ejidales, lo que transformó el sistema de tenencia y fomentó la inversión privada en el sector agrícola.
Sin embargo, esto también generó conflictos por la pérdida de tierras, la fragmentación de comunidades y el aumento de la desigualdad en las zonas rurales.