Preservar un archivo histórico de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad es fundamental por varias razones, contiene la identidad y memoria colectiva: Los archivos históricos son la huella del pasado que permite a las generaciones actuales comprender la evolución de su sociedad, sus valores y sus conflictos. Sin ellos, se pierde la conexión con el legado de quienes habitaron antes la ciudad.
La Protección del patrimonio cultural y arquitectónico del edificio que lo alberga, donde fue el Hospicio de la Vega, tiene una larga historia que después la contaré, solo decir que gracias a la voluntad férrea de Don Benito Juárez García y el licenciado Francisco Vasconcelos, se logró construir. Este edificio también atacado y despojado de su majestuosa arquitectura, que solo la parte que ocupa el archivo histórico municipal, mantiene una sombra de lo que fue.
En esta época moderna, ha sido vilipendiado, por decisiones caprichosas de particulares que compraron parte de ese edificio, que jamás debió venderse por ser patrimonio edificado; le impusieron construcciones prohibidas por el Código Civil del Estado vigente, en disposiciones que siempre ha tenido antes del reglamento de construcciones, respecto de la distancia de las ventanas.
Claro que esto fue con el contubernio de Desarrollo Urbano Municipal, a quien le corresponde proteger por su construcción original. Ordenar el retiro de toda la vendimia callejera que el reglamento prohíbe en su fachada.
Pero siéntese querido lector, porque se puede caer, el mismo municipio lo ha atacado con su abundante ignorancia sobre la arquitectura de las casas antiguas de Oaxaca. La propia directora del Centro Histórico, el día 23 de enero del 2018, por oficio comunicó a la entonces directora de ese Archivo, que demolerían la barda que divide al archivo de la construcción moderna que había autorizado Desarrollo Urbano. Lo que significaba que se caería el techo del archivo o por lo menos se fracturaría.
Posiblemente se trataba de personas influyentes las de la nueva construcción colindante, pues el día en que se iba a demoler esa barda divisoria, estaba la Síndica Municipal y la citada directora del Centro Histórico respaldando a la dueña de la nueva construcción colindante al archivo. Las dos señoras funcionarias, no sé si era tal su ignorancia sobre los “muros medianeros”, de las construcciones antiguas de Oaxaca, que no les importó que se viniera abajo la techumbre del archivo, y ante la inminencia de la demolición ordenada para ese día, la directora tenía dos opciones, vaciar esa parte del archivo o pedir ayuda.
Entonces, la citada directora del Archivo, se le ocurrió hablarle al Pintor Toledo que había visitado en varias ocasiones el archivo. Fundador de PROAX, que fue el Patronato Pro defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, en ese momento el presidente era el arquitecto José Márquez Pérez, gran urbanista, quien acudió de inmediato al archivo y en el camino me llamó, ya estaban otras personas, entre ellas la nieta del Lic. Manuel R. Palacios quien había donado el edificio para el albergar ese archivo. La síndica, como defendiendo a la dueña de la construcción colindante y a la propia directora del Centro histórico.
En lo personal me recriminó, si yo estaba ahí como magistrada, y le contesté: No, estoy como ciudadana y sobre nuestros cadáveres demuelen esa barda. La Síndica dijo, solo demolerán los.40 cms. que invade la propiedad de la dueña colindante. Y le expliqué esa barda no invade nada. Es un muro medianero que sostiene la construcción original de la construcción colindante y la del archivo, correspondiendo en propiedad a ambos lotes. Así están todas las casas antiguas de la ciudad.
El arquitecto Márquez QEPD, le explicó que incluso en el Libro de Andrés Portillo de 1910 sobre los predios originales de los cuatro cuarteles que formaron la primera traza de la ciudad, ahí estaba cada lote dibujado. Y el Ex hospicio de la Vega se había construido en 1874 y correspondía al tipo de construcción de esa época.
Así se salvó esta parte de la edificación original de la ignorancia y de la barbarie municipal. Los archivos históricos son una fuente invaluable para historiadores, sociólogos, urbanistas y académicos.
Lamento que todos los presidentes municipales, no se interesen por saber qué hay ahí. Los archivos no traen votos. Falso porque la gente culta que observa que sus autoridades procuran los acervos públicos, claro que seguirán votando por ellos, en el partido que estén. Pues en esta ocasión se votó por la persona que ocuparía la presidencia. Ahí estuvo el voto de confianza. No lo defraude presidente.