No, no es casualidad que cada vez que vamos al mercado, a la plaza a la tiendita o al súper, nuestro dinero nos está alcanzando para cada vez menos. No se trata de una percepción individual, se trata de la inflación.
Esta semana, el Imparcial publicó que la Ciudad de Oaxaca es la ciudad más cara del país pues cuenta con la inflación más alta del país: 6.36%. Son 23 municipios del centro del Estado los que están registrando incrementos sin igual con respecto al Índice Nacional de Precios al Consumidor publicado por el INEGI el pasado 9 de julio. https://imparcialoaxaca.mx/oaxaca/876316/oaxaca-es-la-ciudad-mas-cara-del-pais-inflacion-del-6-36/).
No es la primera vez que la Ciudad de Oaxaca se coloca como la ciudad con la inflación más alta del país, por ejemplo, en diciembre de 2022, Oaxaca tuvo un incremento del 10.1%, y de manera constante, Oaxaca se mantiene en las primeras posiciones del Índice publicado por INEGI.
Y no sólo se trata de la Ciudad de Oaxaca, también la zona urbana de Santo Domingo Tehuantepec, misma que comprende los municipios de Salina Cruz y San Blas Atempa, también se encuentra de manera frecuente en los primeros lugares del aumento de la inflación a nivel nacional de acuerdo al seguimiento mensual que realiza el INEGI sobre estos precios.
Lo más preocupante, es que los productos que están mostrando mayores alzas son frutas y verduras. La inflación está pegando a todos los bolsillos, pero a los que cuentan con menos ingresos con mayor severidad.
No hay respuestas ni acciones sencillas para tratar de bajar la inflación. De hecho, ha sido uno de los pendientes permanentes de la actual administración federal. Se ha tratado de combatir con alianzas con el sector privado y acciones de política económica nacional. Sin embargo, poco se ha logrado.
La inflación actual tiene que ver con una serie de factores que van desde las tendencias macroeconómicas hasta las consecuencias del calentamiento global. Son variables que poco se pueden controlar desde lo local.
No obstante, desde lo local se pueden implementar acciones que alivien la presión de la inflación mejorando las condiciones de la economía popular: control de rentas, políticas que mejoren la distribución de alimentos, apoyos para la educación o la mejora de las condiciones del transporte público.
Quizá una de las más importantes, es trazar una ruta y fijar como objetivo prioritario la soberanía alimentaria. Se trata de un objetivo de mediano plazo y que no mejoraría en lo inmediato la inflación en alimentos, pero es una medida que a la larga será estratégica para el bienestar del pueblo y generar condiciones de gobernabilidad.
Por ello, es muy esperanzador que Julio Berdegué, futuro secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, haya declarado como una de las metas prioritarias de la próxima administración de Claudia Sheinbaum que el país adopte mejores prácticas agrícolas.
(https://wradio.com.mx/2024/06/21/o-nos-ajustamos-al-cambio-climático-o-nos-va-a-ir-muy-mal-julio-berdegue/).
Pero en tanto, cuidar nuestros pesos.
@GalateaSwanson