Con más de 50 años establecidos en el centro de la población, artesanos y comerciantes del mercado de artesanías de Santa María del Tule resiente la falta de clientes y la competencia por parte de otros negocios que ofrecen productos que no son artesanías ni son propios de la región.
Víctor Ruiz Vázquez, presidente del comité del mercado, cuenta que este mercado reúne a 26 locatarias y locatarios. En un primer momento, durante 20 años, el mercado se localizaba en parte del área donde están los jardines y desde hace 30 a orillas de la carretera que atraviesa la comunidad.
Según las generaciones que han estado al frente de los locales, la variedad de productos abarca textiles artesanales, algunos juguetes de madera, loza, collares y otros. En su caso, algunos collares, botellas decoradas y otros recuerdos o artesanías.
A este mercado generalmente ingresan turistas nacionales, quienes son sus principales clientes, pero que no todos los días llegan de manera numerosa sino a cuenta gotas. Es por eso que en Día de Muertos y en las vacaciones de diciembre esperan que arriben más visitantes del país. Sobre los turistas extranjeros, señala que estos muy pocas veces entran al mercado, ya que suelen ir con guías.
“Como a los guías no les damos comisión se van a otros lados con los turistas”.
Como representante de las y los comerciantes, cuenta que otros de los retos están en los productos que parecen artesanías, pero que en realidad son manufactura.
La artesana y comerciante María Teresa Soto, quien en los últimos 40 años ha estado en este mercado, las ventas han cambiado mucho en los últimos años. “Antes sí eran ventas”, dice sobre lo que adquirían en gran medida los visitantes nacionales, pues los extranjeros generalmente no adquieren aquí. La reducción de ventas, señala, se debió hace años a la protesta magisterial del 2006 en el estado.
Aunado a las manifestaciones o a la pandemia de COVID-19 en los últimos años, la artesana de 68 años refiere que hay más competencia porque en la comunidad se abrieron más locales cerca del milenario árbol, además por la introducción de piezas de manufactura que simulan artesanías. “Hay mucha competencia ahorita, como ya vienen los productos chinos mucha gente compra esa ropa que es barata”.