Debido al temor hacia agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), de quienes han denunciado atropellos a sus derechos humanos y extorsión, cientos de migrantes venezolanos rechazaron este viernes la ayuda para acudir a un centro de acogida temporal en San Raymundo Jalpan, municipio cercano a la ciudad de Oaxaca.
Por la mañana, familias apostadas en el jardín Morelos señalaron que personal del INM, policías y demás funcionarios llegaron para ofrecerles albergue, pero optaron por rechazarla ante el miedo de que las enviaran a Chiapas o a Tabasco. Esto también porque consideraron excesiva la presencia policiaca junto a las unidades en las que pretendían llevárselos.
Hasta ahora, espacios públicos como el jardín Morelos son las únicas opciones para los miles de migrantes que diariamente pasan por Oaxaca en su camino a Estados Unidos.
El Centro de Orientación al Migrante de Oaxaca (COMI), ubicado a unas calles, parece cerrado y en su puerta solamente hay un cartel en el que señala que está lleno. Además de advertir que los sábados y domingos no hay servicio.
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Drew Johnson, un estadounidense radicado desde hace tres años en Oaxaca y quien desde hace ocho meses empezó a ofrecer ayuda humanitaria a migrantes, coincide con las autoridades sobre el creciente número de personas de Centro y Sudamérica que pasan por Oaxaca rumbo a Estados Unidos.
Junto con otros oaxaqueños y extranjeros, ha tratado de dar alimentos diariamente a las familias migrantes que se refugian en el jardín Morelos, uno de los espacios que como la Central de Abasto, el jardín Madero o la terminal del ADO son puntos de concentración de personas obligadas a salir de su país para buscar mejores condiciones en Estados Unidos.
“Hay muchos migrantes pasando por acá”, dice quien hace dos meses optó por crear la Fundación Collin para seguir esa labor iniciada hace ocho. En ese entonces, Drew ya percibía que falta de un espacio para albergar a migrantes, algo que no ha cambiado.
“No hay otras soluciones”, dice, aunque reconoce que desde la sociedad civil han surgido iniciativas para ayudar con comida o ropa. “Pero en este momento no hay mucho y los migrantes tienen que dormir en las calles, en los parques, en las terminales, donde hay mucho riesgo por parte de las autoridades o los rateros. Lo que trato de hacer aquí es al menos darles una buena comida cada día”.
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Hasta hace unos días, eran entre 130 y 150 las personas a quienes la fundación daba alimentos. El jueves, fueron 201 personas, lo que le preocupa, pues considera que se debe a que cada día llegan más migrantes. A quienes “la policía está corriendo de todas partes”.
El 14 de septiembre, la iglesia católica y la Defensoría de los Derechos Humanos tuvieron que improvisar un albergue en la parroquia de Felícitas y Perpetua, debido a una protesta de vecinos de la Central de Abasto en contra de migrantes.
Pero el espacio que operó de jueves a sábado, solamente se logró tras la intervención del organismo de derechos humanos, mismo que emitió medidas cautelares a las autoridades del estado, de los municipios d Oaxaca de Juárez y Santa Lucía, así como al Instituto Nacional de Migración.
El Gobierno del Estado prometió en agosto y tras las fiestas patrias la habilitación de albergues temporales. Sin embargo, hasta este fin de semana se informó de la habilitación de un centro de acogida temporal en San Raymundo Jalpan.