Fieles a la tradición católica, cientos de familias oaxaqueñas acudieron este 2 de febrero a los templos para la presentación de los Niños Dios ante “el señor”. Las imágenes religiosas que representan a Jesús a los 40 días de nacido eran traídas en canastos y vestidas con ropones blancos y de otros santos según la fe de sus creyentes.
Hay ciertos requisitos y uno de ellos es que no los visitamos de otras imágenes… Lo más idóneo es que venga de blanco”, comentó Minerva Gómez, cuyo “niño” ha tenido varias madrinas y esto le ha dejado un “compadrazgo muy bonito”.
Cerca del mediodía, la feligresía llegó al templo de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como la catedral metropolitana de Oaxaca, y a la basílica menor de la Virgen de La Soledad, en donde ingresaron para la misa y bendiciones de las imágenes.
Algunas creyentes compartieron que esta tradición es una que han preservado en sus familias por varios años o generaciones. Además de que a la par de los Niños Dios también suelen traer a las y los infantes del hogar para que reciban la bendición. Sin embargo, por ser día de clases, se ha complicado.
Delfina Juárez tiene 66 años de edad, pero desde los 6 ya acudía con sus abuelos y padres para la bendición de los Niños Dios.
Es la creencia que nos enseñaron nuestros padres y la fe, que es lo más importante”, contó la oaxaqueña, quien en otras ocasiones ha venido en familia, pero por el horario laboral y escolar tuvo que ir sola con sus dos “niños”.
El portal católico “Desde la Fe”, detalla que el Día de la Candelaria y la presentación del Niño se basan en dos pasajes bíblicos sobre la Purificación de María y la Presentación del Niño Jesús al templo.
Sobre lo primero, detalla que en la Ley de Moisés se estipulaba que las mujeres que habían parido debían de presentarse para ser purificadas. María cumplió con ese mandato y junto con José también llevó a Jesús al templo. Ahí el anciano Moisés tomó al niño y lo llamó “luz para alumbrar a las naciones”, en esa expresión se basa el nombre de Candelaria y la costumbre de llevar velas para la misa del 2 de febrero.
En México y en Oaxaca, la tradición más extendida entre la feligresía católica es la de llevar al Niño Dios al templo.
