Sin baños, con una lona rota, frágil, vencida fácilmente por la lluvia y los fuertes vientos, con armas que llevan más de 25 años de uso, sin cascos y chalecos antibala empapados, así defienden los policías municipales las riberas del río Atoyac, la zona donde el Gobierno del Estado instaló el pasado 19 de junio una base de operaciones mixta para evitar nuevas invasiones por parte de organizaciones de transportistas.
En este lugar, frente a la Central de Abastos, los policías estatales se han vuelto la envidia de los municipales. Ellos tienen carpas para resguardarse de la lluvia, baños. También pueden descansar en las casas de lámina que los invasores construyeron en este lugar y que aún no son derribadas. Los municipales están debajo de una lona con de dos por dos metros, con un hoyo.
Han puesto a secar los chalecos antibala que un día antes se mojaron con la lluvia. La casa de resguardo que improvisaron fue derribada también por el agua. El director de la Policía Municipal, Hermenegildo Aquileo Sánchez, sabe de las condiciones en las que se encuentran los elementos de su corporación; supervisó el área el sábado pasado pero nada cambió.
Las condiciones por las que ayer protestaron los elementos municipales se reflejan de inmediato en este espacio.
-¿Es complicado trabajar en estas condiciones, en una base de operaciones mixta ubicada en una zona donde ha habido asesinatos?
-Sí, es desgastante, es más complicado. Un policía no va a rendir lo mismo cuando tiene un espacio para descansar. Sabemos que hay la necesidad de dar el servicio. No debemos desgastar tanto a los compañeros que están acá, pero nos han ido desgastando, aquí no tenemos ninguna patrulla porque no hay –responde la policía segundo Elodia Cruz Ruiz, encargada de la Policía Municipal en este lugar.
-¿La policía municipal está capacitada para actuar en un escenario como el que se presentó hace un par de semanas, cuando fue asesinado un líder de transportistas?
-Estamos preparados, sí; quizá no tenemos la capacitación que deberíamos de tener. Todos tenemos ese ánimo de hacer la labor, es nuestra obligación, aunque quizá la capacitación no es la adecuada –señala. No quiero decir esta administración es la responsable, porque cada administración ha venido haciendo un poquito hasta llegar al momento en el que estamos.
La protesta de este martes, dice, es solo la muestra de inconformidad para decir “mírame, en qué condiciones estoy trabajando”.
“El peor gobierno municipal”
“Éste es el peor gobierno municipal que nos ha tocado en seguridad pública”, dice un elemento que lleva 25 años de trabajo en esta corporación y que para reforzar su afirmación muestra el revólver con el que defiende a las y los oaxaqueños, que ha servido en la corporación por más tiempo que él.
Su compañero muestra un arma larga que empezó a usarse “en 2006 o 2007”, hace más de diez años y no duda en afirmar que los criminales están mejor armados que él.
Del otro extremo de la base de operaciones, otro elemento muestra los lujos que le han tocado. A diferencia de sus compañeros tiene un lugar donde resguardarse, las instalaciones de lámina que los invasores del Atoyac dejaron en el lugar. Si tiene que ir al baño, asegura, tiene que ir al río o a veces lo pide prestado a los estatales.
“Aquí no hay base de operaciones, solo estamos cuidando para que no vuelvan los invasores”, expresa”.
“Somos los olvidados”
Sentado en las escalinatas de la Plaza de la Danza, Andrés, policía tercero del municipio de Oaxaca de Juárez, escucha los rumores y los gritos de la manifestación de la que forma parte; ni siquiera le interesa lo que los líderes tienen que decir pues lo sabe de memoria.
Como desde hace 23 años porta el uniforme con orgullo, ha sobrevivido al menos a siete presidentes municipales, y destaca que la mayoría ni se acerca a los uniformados, lo mismo que ha demostrado el actual munícipe, Oswaldo García Jarquín.
“Las peticiones siempre han sido las mismas, falta de uniformes, de patrullas o de incrementos salariales, pero lo que pasa es que siempre hay carencias”, afirmó el longevo guardián de la ley.
Aunque hubo un alcalde que si los escuchó, recuerda el policía municipal, Pablo Arnaud, quien gobernó en 1996, hace dos décadas.
“De todos los presidentes que han pasado el único que se preocupó por la situación de los policías fue Pablo Arnaud, los demás ni siquiera sabemos quiénes son, nos podemos encontrar en la calle y ni lo conocemos”, explica Andrés.
Le preocupa la jubilación
Los años se le ven en el rostro al policía, de piel morena, las arrugas hace tiempo que aparecieron, mientras que sus pasos ya no son tan veloces como hace algunos años, aunque las ganas de trabajar siguen estando intactas.
“Tengo 23 años en la corporación, pero solamente 18 han sido de corrido, porque cinco los pasé primero y me salí, me preocupa que no cuente para mi jubilación, que es lo que estoy buscando”, explica el gendarme.
Mientras el alboroto sigue en la bola con la llegada del director de gobierno municipal, Josué Monterrey, Andrés es el uniformado que más distancia pone de sus compañeros; apoya, a lo lejos, pues opina que las causas son justas, pero los más jóvenes tienen que poner las fuerzas.
Las carencias son palpables
El policía destaca que las carencias que señalan sus compañeros son palpables, siempre lo han sido, los uniformes están en mal estado y las patrullas son viejas, pero dice que las cosas son peores si no alzan la voz.
“Argumentan los compañeros que mandaron a traer a los comandantes de cada sector, para informarles de que no va a ver ningún dinero de retroactivo que cada año nos dan en este tiempo”, afirma Andrés.
Insiste que sí se dejan, las administraciones, cualquiera que sea, tratan de aprovecharse, cuando el servicio que prestan es de suma importancia, por lo que piden que se les trate de la misma manera.
“Lo más importante que es que nos den lo que por derecho nos corresponde, no tiene caso de que pasen los presidentes y nadie se preocupa por nuestro bienestar, todos nos tienen el abandono”, denuncia el policía.
Apenas conoce a García Jarquín
Al igual que con sus antecesores, a García Jarquín, apenas si lo ha visto. “No lo conocemos, nunca ha tenido una reunión con nosotros. Al policía lo que se le debe dar son estímulos, queremos lo que por derecho nos corresponde”, detalla.