Derivado de la falta de un rastro municipal, no hay una sana competencia en la oferta de carne y el más afectado es el cliente final, admitieron expendedores en el mercado Benito Juárez.
Regina Mejía Torres, propietaria de la carnicería “Los Zaachileños”, admite que actualmente las ventas se encuentran bastante bajas, debido a la temporada de graduaciones escolares.
Con más de 35 años en el comercio de la carne, explica que la complicada situación económica de la población es uno de los factores que ha generado el desplome de la comercialización en dicho punto de venta.
Indica que sus clientes son los oaxaqueños y el turismo nacional, quienes regularmente llevan carne a sus familiares a su regreso al lugar de origen, no obstante, la cantidad que compran se ha reducido.
Antes nos pedían dos o tres kilos de tasajo, cecina, chorizo, queso de puerco, chicharrón y salchicha roja, pero tan solo ese gasto representa una buena suma, y ahora solo se llevan medios kilos y máximo un kilo”, relata.
Acompañada de Miguel Ángel Betanzos, uno de sus tres hijos con quien lleva el negocio de la carne, explica que no han sacrificado la calidad de su producto, pese a no obtener grandes ganancias.
Muchos negocios han optado por comprar carne de menor calidad y por ello pueden bajar sus precios y tener una mayor clientela, pero nosotros optamos por la calidad y precio, es mejor mantener a los clientes y no darles producto de baja calidad”, añade.
Pionera en la elaboración del chorizo verde y la carne de horno, habla de la necesidad de contar con un rastro municipal para evitar el monopolio en el sacrificio de los animales.
Al ser un sitio de matanza particular, son ellos los que nos ponen precios y condiciones, aunque lleves tu res para sacrificio, terminas pagándoles por tu producto y eso encarece la carne”, revela.
Señala que es necesario que las autoridades de los diversos niveles de gobierno trabajen en proyectos para poner en marcha algún rastro municipal o de inspección federal.