Impacta sequía en elaboración de las blandas y tlayudas

Hace 30 años que Juana Cuevas, originaria de San Antonio de la Cal, se dedica a la elaboración y venta de las tradicionales tlayudas y blandas. Gracias a este oficio y tradición que le legaron su abuela y madre, y que se mantiene en la familia, Juana es una de las mujeres que ofrece estos alimentos en el Mercado Benito Juárez Maza, en la ciudad de Oaxaca.

Como ella, otras mujeres han tenido en esta tradición su forma de sustento, pero que en los últimos años ha sido afectada por la sequía que impacta en el campo. Con el maíz como materia prima y el agua, la leña y la cal como parte de sus insumos, Juana ha tenido que invertir más en su producción. El incremento en el precio del maíz y la leña son de los más palpables, y a ellos se suman el pago por el traslado de su mercancía desde su natal San Antonio al centro de la capital.

Esto termina en el aumento al precio de las blandas y tlayudas, que respecto del 2023 ahora cuestan casi el doble.

Subió bastante el (precio del) maíz, ahorita más que nada por el agua. Se nos está dificultando porque la verdad está muy cara el agua, se está escaseando”, comenta Cuevas, quien recuerda que en 2023 las tlayudas costaban 3 pesos y ahora están en 5 o 6 la pieza. En el caso de las tortillas (también llamadas blandas) han pasado de 2 a 3 pesos cada una.

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“¿Blandas o tlayudas? ¿Cuántas le vendo?” Al entrar al mercado, es casi seguro escuchar esta frase según la calle por donde se ingresa. Aunque dispersas, las vendedoras de este alimento pueden llegar a ser hasta 60 tan solo en este mercado, explica Juana.

Las blanditas son para comerlas luego porque son calientitas y no duran mucho. Y las tlayudas no, esas duran para llevar, para viajar, son para bastante tiempo”, explica la vendedora sobre las diferencias entre ambas. También que la pronunciación original es tlayuda, pero que con el paso de los años también es válida la de tlayuda.

Cada día, Juana debe prepararse con la puesta del nixtamal (una noche antes). Levantarse a las 4 de la mañana es parte de su día a día para lavar el nixtamal, llevarlo al molino y volver con la masa para encender el fogón, donde cocerá las blandas y tlayudas que horas después empezará a vender en este mercado.

La venta, que inicia a las 11:00 se prolonga al menos por tres horas, después de las cuales vuelve a su municipio para comer y seguir con las labores del hogar. Y después, con la puesta del nixtamal para las tortillas del día siguiente.