Adulta mayor, 1 de cada 10 mujeres privadas de su libertad
Afrontan enfermedades como diabetes o hipertensión, en la mayoría de los casos y segregación
De 163 mujeres privadas de su libertad en Oaxaca en el Centro de reinserción femenil de Tanivet, al menos el 10% son personas adultas mayores, con enfermedades como diabetes e hipertensión arterial la mayoría de los casos.
Aunque este grupo de edad no se encuentra en situaciones de hacinamiento o sobrepoblación, al igual que el resto de mujeres de este inmueble, las personas adultas mayores enfrentan una serie de deficiencias.
Los resultados del Diagnóstico sobre la Corresponsabilidad para la reinserción social de las personas privadas de su libertad en los Centros penitenciarios de Oaxaca, por ejemplo, reflejaron que las mujeres son las más segregadas.
En este registro, los elementos a los que tienen acceso las mujeres privadas de su libertad como la alimentación, el registro de mujeres internas y la atención médica sobresalen con calificaciones superiores a 6, a diferencia de la calificación reprobatoria en la alimentación de los hijos de internas que viven en el centro, así como el acceso en igualdad de condiciones a las instalaciones.
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De manera general, no solo en el centro de reinserción femenil de Tanivet, sino también en el resto de los centros penitenciarios de Oaxaca, el Diagnóstico resalta que de las 255 personas adultas mayores privadas de su libertad, la mayoría cuenta con una falta de atención adecuada en materia de salud y una fuerte discriminación en el ámbito laboral.
En el centro de reinserción femenil de Tanivet, las autoridades de impartición de justicia señalan que la mayoría se encuentra por los delitos contra la salud, secuestro y homicidio. Del total en 2023 (163), apenas 57 habían sido sentencias y el resto se encontraba en proceso, muchas en espera desde hace más de 10 años.
El último Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2022, expuso una calificación reprobatoria a este Centro de Reinserción, la cual fue la tercera peor calificada en la entidad oaxaqueña con 4.54.
En ese año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) detectó deficiencias en las condiciones materiales e higiene de las instalaciones para alojar a las personas privadas de su libertad, así como en la cocina, comedores y área médica.
