Artesanías de palma: entre la fe y tradición
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Artesanías de palma: entre la fe y tradición

Escasez de palmas por los incendios y pocas lluvias son parte de lo que enfrentan familias artesanas


Artesanías de palma: entre la fe y tradición | El Imparcial de Oaxaca

Blanca y sus padres se han dedicado a mantener la tradición que les inculcaron sus ancestros y que está muy ligada a la fe católica: elaborar las palmas tejidas con que este día se rememora el Domingo de Ramos. Cortar las palmas en la semana previa a esta fecha es parte de las labores de la familia artesana, que por varios años ha venido a la ciudad de Oaxaca a ofrecerlas a la feligresía, la que recordará así la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Tejer por algunos minutos cada palma es un oficio que ella y su familia hacen por varias horas y cuyas creaciones venden en unos 20 o 25 pesos, según el tamaño y complejidad. En este año, la sequía y los incendios han mermado la disponibilidad de palmas.

Es más difícil encontrarlas, dice Blanca bajo el sol del mediodía en la catedral metropolitana. “Hay muchos pueblos afectados por los incendios y no hay mucha palma, hay desabasto”, cuenta quien para obtener las palmas debe caminar al menos 20 minutos desde el pueblo hasta el cerro en donde se recolectan.

Recargada en la maleta y las demás bolsas donde está la materia prima, explica que este tejido es tradicional, pues con la técnica se pueden hacer bolsas, tenates o petates.

Pero en el caso de las palmas para el Domingo de Ramos las figuras tradicionales son las “velas, copas y cristos”. A esas se han sumado otras con figuras de las vírgenes de Juquila, Soledad y Guadalupe. Así como las de otros santos como el Sagrado Corazón de Jesús y San Judas Tadeo.

“Cuando venía mi abuelo, él me decía que todo era con la palma, cien por ciento natural. Ahora usamos rafia (para las uniones), rememora.

Para viajar a la ciudad cada integrante de la familia tiene que pagar entre 400 y 500 pesos (ida y vuelta) desde Yutanduchi de Guerrero, un poblado de la Mixteca, que queda a cuatro horas de Nochixtlán. A casi seis de la capital oaxaqueña.

Dormir en la intemperie, el que la gente y revendedores les pidan una rebaja son otros de los obstáculos que deben enfrentar.

Blanca Ivonne Hernández Curiel nació en la ciudad de Oaxaca, pero ella y su familia siguen muy vinculadas con sus orígenes, no sólo porque elaboran las artesanías de palma sino porque su vida transcurre entre la capital y Yutanduchi.

Pero preservar esta tradición que les inculcó su abuelo Hilario Curiel López, quien hacía figuritas de colibríes o venados, ha sido una herencia que se enfrenta a muchos retos. En estos días, cuenta que únicamente quieren recuperar lo que han invertido en el viaje para mantener ese legado.

Familias como la de Blanca son algunas de las que desde el jueves o viernes llegaron a la ciudad de Oaxaca para ofrecer las artesanías de palma que se usan en el Domingo de Ramos, también las flores o coronas de cucharilla para los altares de la temporada. Como en este lugar, otros artesanos se ubican por algunos días (hasta este domingo) en torno al templo de San Juan de Dios y en el Mercado de Abasto.


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