Persiste en Oaxaca la maternidad infantil
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Persiste en Oaxaca la maternidad infantil

Una niña de Tuxtepec llegó a un centro de salud aquí en Valles Centrales. Estaba embarazada del padrastro; ella vivía con su madre y su agresor en una casa que rentaban: Testimonio.


Persiste en Oaxaca la maternidad infantil | El Imparcial de Oaxaca

Víctimas de constante violencia sexual, las niñas madre en Oaxaca son reflejo de los abusos que sufren las menores desde los primeros años de vida.

Sin estadísticas fehacientes ni estudios de las autoridades gubernamentales, el embarazo infantil solo es visible cuando hay denuncias o los casos llegan a la opinión pública por medio de las redes sociales u otros medios de comunicación.

Tan solo en un centro de salud, personal médico atiende al año entre una y dos niñas embarazadas, sobre todo en comunidades indígenas, pero los casos no llegan a las autoridades de impartición de justicia ni forman parte de la estadísticas. Otros casos más son ocultados o atendidos por parteras.

Con los pocos registros que se tienen de Oaxaca en embarazo infantil, integrantes del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (CLADEM), han ubicado a Oaxaca en el tercer lugar de los estados con mayor incidencia en embarazo infantil forzado apenas, durante el año 2018, aunque la cifra negra podría ubicarlo entre el primero o segundo sitio.

Municipios con alerta de género registran embarazo infantil

La Dirección General de Población (DIGEPO) registró en 2015 al menos 298 alumbramientos en niñas de 10 a 14 años de edad, donde el mayor número lo encabezó Oaxaca de Juárez con 17 casos.

Le siguió Juchitán (10), San Pedro Mixtepec (9) y Zimatlán de Álvarez (9), así como Huajuapan de León (8), Tuxtepec (8) y San Pedro Pochutla (7), que no solo representaron ese año los municipios con mayor incidencia, sino que ahora cuentan con la alerta de género desde el 31 de agosto de 2018.

Los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mostraron en 2017 una cifra similar al de 2015, pues 253 menores de 15 años dieron a luz, donde Oaxaca de Juárez de nuevo encabezó la lista con 16 casos, San Juan Bautista Tuxtepec con 14, Santiago Juxtlahuaca con 11 y Juchitán de Zaragoza con 9.

En ninguna de las dos instituciones se precisa las agencias municipales donde ocurrieron los embarazos infantiles, para contribuir a una mejor actuación de las autoridades gubernamentales en la prevención o atención de los mismos casos.

Se registran más casos en 2018

En 2018, de acuerdo al responsable estatal del programa de planificación familiar de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Jorge Iván Galindo Santiago, se contabilizaron 486 embarazos en niñas menores de 15 años, sobre todo en las regiones de Valles, Istmo y Tuxtepec.

El funcionario afirmó que Oaxaca cuenta con una “Estrategia nacional para la disminución de embarazos adolescentes”, que involucra a la sociedad civil organizada, instituciones de salud y educativas, entre otras.

Señaló que la prevención del embarazo en adolescentes es primordial, al considerar que a menor edad, mayores las consecuencias: muerte materna, complicaciones en la salud, deserción escolar, pobreza o migración.

En Oaxaca, tan solo en los registros de los SSO, de los 32 mil 539 embarazos en 2018, el 20% fue en adolescentes (6 mil 302). Estos también incluyeron los 486 en niñas menores de 15 años.

El porcentaje de embarazos en adolescente se mantiene en 20% como hace una década, cuando 18 mil casos fueron en menores de 18 años de los más de 60 mil embarazos que contabilizaron los SSO.

De las condiciones en las que llegan las niñas a los centros de salud, el funcionario desconoció cuántos de los embarazos infantiles fueron por agresión sexual.

“En la estrategia nacional se pretenden cero embarazos en niñas, sobre todo en Oaxaca que se tienen los usos y costumbres y alguna parte de idiosincrasia”, expuso.

De encontrar casos de violencia sexual, el funcionario afirmó que el personal médico debe notificar al Ministerio Público, que debe dar seguimiento al caso.

Personal médico no se atreve a denunciar

Leticia, con más de 20 años como enfermera en diferentes centros de salud, cuenta que muchos casos de embarazo infantil no se denuncian por el personal médico por diversos factores: “la niña llega solo una vez, temen meterse en problemas o hay desconfianza en las autoridades”.

Leticia, quien prefiere omitir su verdadero nombre por no estar autorizada a dar información y por miedo a represalias, habló del tema.

Leticia recordó solo algunos casos de los que fue testigo: “A los 12 años de edad, Julia acudió al centro de salud de la agencia de Pueblo Nuevo con un embarazo; Sara de apenas 11, llegó a la unidad médica de Zaachila a dos meses del parto, y Lidia de 13, se fue a otro estado con su madre para huir del abuelo que la había violado”.

Ninguno de los casos dio origen a una denuncia ni se dio castigo al agresor, de acuerdo a Leticia, solo en una ocasión las víctimas decidieron denunciar al agresor, sin éxito alguno.

“Hace nueve años una niña de Tuxtepec llegó al centro de salud donde yo trabajaba aquí en Valles Centrales. La pequeña tenía 12 años y estaba embarazada del padrastro; ella vivía con su madre y su agresor en una casa que rentaban”, expresa.

De este caso, la niña pidió el apoyo de la enfermera para denunciar y ambas acudieron hace unos años a la Fiscalía Especializada para Delitos contra la Mujer por Razón de Género, pero no tuvieron la ayuda necesaria.

“Fuimos y pregunté quién podía atendernos para denunciar el caso. No recuerdo bien si era una secretaria o una psicóloga, pero lo primero que me preguntaron es que si yo era la responsable de la niña o si contaba con testigos para atender el caso; que la niña debería ir con algún familiar o presentar su caso en el MP de Tuxtepec, que era donde le correspondía. Nos fuimos de ahí…y de la niña ya no supe, ya no regresó”, relata la enfermera.

Autoridades niegan información

Al presentar el informe Embarazo infantil-adolescente en México, la coordinadora estatal del CLADEM, Nelly Martínez, lamentó en su momento que las organizaciones de la sociedad civil sean las que más se preocupan por esta problemática y buscan combatir su impunidad.

Al mismo tiempo, expuso que en varias familias no se reconoce el problema del embarazo infantil forzado por la condición cultural en la que están presentes.

Por el informe, las integrantes del CLADEM señalaron que Oaxaca fue una de las entidades que se negó a dar información completa sobre esta problemática social y proporcionó “datos a medias”.

“Si el Estado no tiene claramente documentada la situación, lo cual es su obligación, también representa un problema”, habían señalado.

La misma situación se presenta en las instituciones de procuración de justicia, donde se resisten a dar información sobre casos de embarazos infantiles y la forma de intervención de las autoridades.

Esta casa editorial solicitó una entrevista desde hace tres días al área de comunicación social de la Fiscalía General de Oaxaca para abordar el tema, pero a la fecha no dieron alguna respuesta.

Casos sin registro autoridades

La situación se agrava cuando las mismas autoridades municipales no cuentan con datos precisos del embarazo infantil ni en su propio ámbito de gobierno.

Apenas en abril, las autoridades de Oaxaca de Juárez, con mayor número de embarazos infantiles, iniciaron un programa de Prevención del embarazo y derechos sexuales reproductivos en las adolescentes, en las primarias y secundarias del municipio.

Además, con apoyo del sector salud, se busca fortalecer las acciones en información y prevención de embarazos y enfermedades por transmisión sexual.

De acuerdo a la directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM), Jaquelina Escamilla Villanueva, se pretende coordinar esfuerzos para lograr información y estadísticas “exactas” del embarazo adolescente en Oaxaca de Juárez.

“En este momento solo es trabajo de información y prevención en escuelas”, señaló la directora, luego de reconocer que en el municipio no se tienen estadísticas de la situación, porque la anterior administración municipal no las dejó.

“Solo dejaron información de las acciones que llevaron a cabo en esa materia, pero no hay un informe de la situación de embarazo adolescente en Oaxaca de Juárez”, insistió.

Cifras maquilladas

Hilda Graciela Pérez Luis, actual diputada local, cuya formación como trabajadora social por varios años le ayudó a conocer la problemática del abuso sexual infantil y embarazo en niñas, señaló que la problemática es un secreto a voces que no puede negarse.

“El número de menores con abuso sexual es alarmante e incluso se da una relación afectiva de la víctima con el abusador. Es un tema donde las cifras se disfrazan para no aceptarlo, pero lejos de bajar se han mantenido”, consideró.

Pérez Luis expuso que las autoridades no dan a conocer las cifras reales aunque es un tema que debe preocupar a todos los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, sobre todo porque “el papel que ocupa la niña desde sus primeros años como mujer, sigue siendo en desventaja”.

La diputada local afirmó que también muchas comunidades se resisten a reconocer los derechos de las mujeres desde la niñez, y por ello se deben impulsar acciones “más fuertes” que no generen más complicidad ante casos de violencia sexual o embarazados infantiles.

“Muchas niñas son madres por obligación porque no se les atiende a tiempo. Hasta que el embarazo ya está en momento de parto no les queda más remedio que acudir a una institución médica”, dijo.

En el caso de las autoridades que se resisten a dar cifras “exactas” o abordar el tema de manera concreta, Pérez Luis consideró que “el aceptar y dar números, es reconocer en cierta forma lo que han dejado, no han podido o no han querido hacer”.

El caso de Nidia

En las diferentes regiones del Estado, los casos de abuso sexual infantil y embarazos en niñas pocas veces son denunciados en las comunidades. Todos saben y conocen al agresor, pero éste generalmente se mantiene en la impunidad.

“En las comunidades, sobre todo de usos y costumbres, las niñas son violadas por el padre, el tío o el abuelo y nadie dice algo. Muchas más siguen siendo vendidas o rentadas por sus propios padres a señores que les triplican la edad; las que salen embarazadas desde chiquitas, se les oculta en las casas o se las llevan a otra comunidad o población”, comentó “Sofia”, partera tradicional de Oaxaca, al recordar el caso de Nidia, el que más le impactó.

“La mamá de Nidia era madre soltera y no tenía dinero. Como tenía más hijos, decidió colocar a la mayor (Nidia) en una casa para que le dieran de comer a cambio de hacer mandados o quehaceres. La niña en esa casa estaba bien cuidada, pero un día la madre regresó por ella porque un hombre viejo le ofreció dinero a cambio”.

De la región Cañada, Nidia fue vendida cuando tenía apenas 10 años y tuvo su primer hijo a los 11.

“Nadie dijo nada porque la mamá lo permitió”, expresó Sofia, al señalar que la niña tuvo dos hijas más, que abandonó cuando ella tenía 18 años.

“De lo que se supo después es que Nidia se fue a Puebla a prostituirse. El viejo quedó con las niñas, pero vivía casi en la punta del cerro de la población y nadie sabía que sucedía ahí. Las cosas no han cambiado, casos de niñas embarazadas se sigue dando y todos fingen ignorarlo”, puntualizó.


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