Repuntan muertes por males cerebrovasculares
Oaxaca, en sexto lugar en mortalidad por esta enfermedad
En Oaxaca las enfermedades cerebrovasculares van en aumento en los últimos años, posicionándose en el quinto lugar de las principales causas de muerte en la entidad, apenas por debajo de las enfermedades del corazón, la diabetes mellitus, tumores y enfermedades del hígado.
En 2022, de manera preliminar, Oaxaca se ubicó en el sexto lugar de los estados con el mayor número de decesos con mil 669, solo después del Estado de México con 3 mil 636, Ciudad de México con 3 mil 547, Jalisco con 2 mil 418, Nuevo León con 2 mil 006 y Puebla con mil 974.
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En años anteriores la entidad mostró un ascenso en el número de defunciones por enfermedades cerebrovasculares, al considerar que en 2018 se contabilizaron mil 518 y en 2019 un total de mil 527.
Asimismo, la entidad reportó mil 663 decesos en 2020, mil 904 en 2021 y de manera preliminar mil 669 en 2022, con posibilidades de un incremento en el último reporte que emita en breve el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De los mil 669 decesos notificados en 2022, los registros mostraron que un caso se reportó en un menor de un año, dos en el grupo de 5 a 14 años y nueve en el de 15 a 24. El resto se dio en los diferentes grupos de edad, pero con mayor incidencia en las personas de más de 60 años.
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De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, la enfermedad vascular cerebral es una emergencia médica que debe atenderse durante los primeros minutos para evitar secuelas irreversibles o el fallecimiento. En México representa la séptima causa de muerte en la población en general y la primera causa de discapacidad en personas adultas.
La dependencia precisó que uno de cada cinco personas que sufre infarto cerebral fallece y tres de cada cinco quedan con secuelas, por tal motivo, entre más rápido reciba atención médica hay menos daño.
Entre los síntomas más recurrentes de una enfermedad vascular cerebral son la alteración repentina de la visión en un ojo o ambos; pérdida repentina de la fuerza en un brazo, pierna o ambos; sensación de hormigueo en la cara, brazo o pierna; aparición de problemas para hablar o entender lo que se escucha, acompañada por balbuceo, además de desequilibrio o inestabilidad y dolor de cabeza.
