“Ellos hacen como que buscan, mientras las madres buscadoras escarbamos con nuestras propias manos por nuestros desaparecidos”, señalaron las integrantes del colectivo oaxaqueño Buscando a los Nuestros y organizaciones marcharon en la capital oaxaqueña por el Día de las Madres.
En el país, miles de madres marcharon este sábado, en el marco del Día de las Madres en México, para exigir verdad, justicia y reparación por lo más de 127 mil desaparecidos en el país y que no se desaparezca ni se asesine a las personas que se dedican a la búsqueda de sus seres queridos.
En el caso de Oaxaca, las buscadoras realizaron una parada en lo que fue el Monumento a la Madre, casi al inicio de avenida Madero y caminaron por esa vía hacia el centro de la ciudad portando los retratos de sus familiares desaparecidos y exigiendo a los gobiernos federales y estatal acciones y no simulaciones.
“Estamos muertos en vida, no nos sabe la comida, no nos sabe la vida”, confiesan Héctor y Teresa Águila, una pareja que busca desde hace dos años a su hijo, un joven de 27 años que desapareció en Jalisco, estado donde se ubica el Rancho Izaguirre, el presunto “campo de adiestramiento” del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ambos recorrieron el país para llegar a la ‘XIII Marcha nacional de madres buscadoras’, que arrancó en el Monumento a la Madre y finalizó en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México.
Las Madres Buscadoras de Oaxaca
En Mazatlán, el colectivo de buscadoras Tesoros Perdidos. Hasta Encontrarlos marchan por sus hijos e hijas desaparecidos. En Cuernavaca, distintos colectivos de madres buscadoras realizaron una marcha en el centro de Cuernavaca, partiendo desde la iglesia del Calvario hacia el Zócalo capitalino. En Morelia, Michoacán, otro de los estados con crisis de desaparecidos, marchan por sus hijos desaparecidos, exigiendo justicia y una ley estatal en materia de desaparición forzada.
En Oaxaca, subrayaron la indiferencia institucional y el abandono; las inconformes exigen recursos y reforzar brigadas de búsqueda, así como de mejorar la coordinación entre autoridades y colectivos
En Guadalajara, Jalisco, entre cientos de pancartas y nombres de desaparecidos, la familia de Héctor Águila pidió a grito abierto que “las autoridades federales hagan algo en materia de la desaparición forzada, porque dicen que no existe”.
“Quisiera que (las autoridades) nos acompañen un día a Jalisco (…) y vean cómo están matando a las madres buscadoras; en el mes de abril nos mataron a dos, tenemos miedo”, afirma Héctor, refiriéndose a asesinatos como el de la buscadora María del Carmen Morales y su hijo Jaime Daniel Ramírez.
Gloria Carmona, madre buscadora del Colectivo Amor por los Desaparecidos en Tamaulipas (noroeste de México) y que no localiza a su hijo, Bernardo Iván Pérez, desde 2021, dijo a EFE que el miedo a ser asesinada es latente.
Sobre esta labor relata que ha encontrado “osamentas, piezas dentales y kilos de huesitos calcinados”, los cuales muchas veces le hacen “perder la fe” de ver de nuevo a su hijo con vida.
Ese es el caso de Dan Férnandez, hijo de una madre buscadora y hermano de Dan Jeremeel, quien desapareció hace 17 años en Coahuila y, después de casi dos décadas de búsqueda, advierte que sus hijos ya se están involucrando en las pesquisas al ser un “tema multigeneracional”.
“Empezaron las madres, seguimos los hijos y ahora van los nietos. Desgraciadamente muchas madres y padres fallecieron sin saber la suerte de su hija o hijo y nos toca a nosotros tomar esa estafeta”, sostiene.