Con mucha fe, este fin de semana se vivirá la fiesta en honor al Santo Nombre de Jesús, conocido en esta parte de la región como el Niño de Nundiche.
La autoridad en turno ha organizado varias actividades como el comercio, los ritos religiosos, el transporte, las actividades deportivas, sociales y culturales.
Los vecinos también se han organizado en sus casas y negocios para recibir a un estimado de más de 100 mil visitantes provenientes de todo el país e incluso de otros puntos del mundo para vivir esta fiesta en honor al Niñito de Nundiche.
Dijeron que este santuario es uno de los más importantes en Oaxaca después del de Juquila, la Soledad y otros santuarios más en donde la fe sigue moviendo a grandes cantidades de personas en cada celebración.
Hilario Hernández, habitante, contó que este Niño de Nundiche en verdad es muy milagroso y la gente incluso después de haber obtenido el favor sigue viajando a este lugar en gratitud al milagro recibido.
“La verdad cada año nos vista mucha gente, a pie, en bicicleta, en grupos, solos, en carro, en autobús, incluso a caballo, para venir a adorar al Niñito Milagroso”, apuntó.
Cabe referí que el pasado fin de semana se hizo la veneración y la convivencia tradicional entre los pobladores, sin embargo, este domingo el evento es más abierto y más turístico para recibir a los paseantes.
Ricardo Gallardo Miguel, taxista, dijo que el camino sigue siendo de terracería y los propios pobladores se han encarado de conservar este camino de tierra al santuario de poco más de 20 kilómetros.
Dijo que la demanda de transporte y viajes desde Tlaxiaco aumenta en estas fechas y las tarifas no están reguladas, se cobra de 100 a más de 500 el viaje, ya que la gente ante la necesidad no escatima en costos a pesar de que en transporte colectivo hay tarifas fijas de 20 a 50 pesos por persona.
“La verdad es una buena temporada para los taxistas, pero sí hay gente que abusa de esta situación y todos pagamos estas situaciones desleales y de abuso”, dijo.
Mucha gente en Tlaxiaco ya se alista para la caminata por más de tres horas por el monte para llegar a buena hora al santuario, escuchar misa, ir al pedimento, tocar y pedir al niño un milagro.