En muchas ciudades y pueblos de Oaxaca, caminar por las banquetas se ha vuelto una acción cada vez más complicada. Lo que debería ser una de las prácticas más comunes y seguras se ha convertido en un desafío para quienes intentan transitar por las calles del estado. Banquetas obstruidas, deterioradas o convertidas en extensiones de propiedades privadas son solo algunos ejemplos de la realidad. La cual, lamentablemente, ya ha sido normalizada en gran parte de la sociedad oaxaqueña.
LA TRANSFORMACIÓN DE LAS BANQUETAS EN ESPACIOS PRIVADOS
En las principales ciudades de Oaxaca, especialmente en la capital, es frecuente observar cómo las banquetas se convierten en anexos de viviendas, negocios y, en algunos casos, extensiones de locales comerciales. Muchos propietarios invaden el espacio público sin mayor preocupación, utilizando las banquetas para ampliar sus propiedades, colocar muebles, o incluso estacionar sus vehículos, reduciendo o bloqueando el paso peatonal.

En zonas como el Centro Histórico de Oaxaca, las banquetas, que por su diseño deberían ser amplias y accesibles para el paso de todos, a menudo son invadidas por comercios, puestos ambulantes y automóviles mal estacionados. Lo más preocupante es que algunas de estas banquetas han quedado tan deterioradas por años de desatención que, en lugar de permitir un paso seguro, se han convertido en trampas para los peatones, obligándolos a caminar por la carretera y exponiéndolos al peligro de ser atropellados.
EL PROBLEMA ESTRUCTURAL: LA FALTA DE PLANIFICACIÓN URBANA
La falta de una planificación adecuada en muchas de las calles de Oaxaca ha dado como resultado banquetas estrechas e inseguras. En áreas con alta concentración de población, como las zonas comerciales o cerca de los mercados, las banquetas se ven reducidas debido a la proliferación de negocios que invaden estos espacios sin ninguna regulación. Esto obliga a los peatones, incluyendo personas con discapacidad, niños y adultos mayores, a transitar por la calle, en un espacio compartido con los vehículos. Lo que aumenta el riesgo de accidentes.
Esta invasión de espacios no siempre es denunciada ni sancionada por las autoridades. Esto contribuye al desorden y la inseguridad en las calles de la ciudad.
LA LEY Y LA RESPONSABILIDAD SOBRE LAS BANQUETAS
En Oaxaca, como en el resto del país, las banquetas son un bien público. Lo que significa que están bajo la jurisdicción del gobierno local. Es responsabilidad del municipio garantizar que estas estén en buen estado y sean accesibles para todas las personas. Especialmente para aquellos con movilidad reducida. Aunque los propietarios de casas y negocios tienen algunas responsabilidades, como el mantenimiento y reparación de las banquetas frente a sus propiedades, no tienen derecho a modificar este espacio sin el debido permiso de las autoridades.
Sin embargo, muchas veces las autoridades municipales no intervienen cuando las banquetas son invadidas por objetos, puestos o vehículos. Lo que demuestra una falta de regulación en el uso del espacio público. Además, la escasa supervisión y el incumplimiento de las normativas urbanísticas agravan la situación. En consecuencia, dejan a los peatones en una constante vulnerabilidad.
UNA CULTURA DE RESPETO Y RESPONSABILIDAD
El problema de las banquetas en Oaxaca es, en gran medida, un reflejo de una cultura de desinterés por el respeto al espacio público. La falta de educación cívica y de conciencia sobre la importancia de las banquetas como un espacio destinado exclusivamente al paso peatonal es un tema pendiente en muchas comunidades oaxaqueñas. La solución a esta problemática pasa por una combinación de políticas públicas eficientes. Además, una mejor planificación urbana. Peroi sobre todo, un cambio en la mentalidad de la población, para que se respete el derecho de los demás a caminar de manera segura.
Es fundamental que las autoridades locales asuman su responsabilidad en el mantenimiento y la regulación de las banquetas. Además, es necesario fomentar una cultura de respeto hacia los espacios públicos. Entendiendo que las banquetas no son solo un adorno urbano, sino una infraestructura esencial para la seguridad y el bienestar de todas las personas.
Finalmente, en Oaxaca, como en muchas otras partes del país, es urgente hacer frente a este problema que afecta la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos. Solo con un esfuerzo conjunto entre autoridades y ciudadanos, se podrá garantizar que las banquetas vuelvan a ser lo que deberían ser: un espacio seguro para caminar, libre de obstáculos y peligro.