A poco más de dos años de haber sido plantado, uno de los cuatro nuevos framboyanes de las jardineras del exconvento de Santo Domingo de Guzmán, ciudad de Oaxaca, murió en las últimas semanas, por lo que tuvimos que ser sustituido por otro.
El ejemplar muerto fue plantado en abril de 2022 por el ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca y en colaboración con la fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, luego de que había muerto uno de los que ya estaban en las mismas jardineras. Tras la muerte del último, el ayuntamiento plantó nuevamente un framboyán el pasado viernes. Sin embargo, no se había percatado de que el joven árbol se secó. EL IMPARCIAL, al observar que en las últimas semanas este árbol no reverdecía como los otros tres, consultó a la Secretaría de Medio Ambiente y Cambio Climático sobre el estado del mismo, pero el área desconocía de su situación. Un día después, el pasado viernes, retiró el ejemplar muerto y lo sustituyó por otro de la misma especie.
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Sobre la plantación de este tipo de árboles cuyas raíces sobresalen del suelo e incluso han roto el concreto de las banquetas en se plantaron, diversos ambientalistas han cuestionado el por qué se plantan tales.
El Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO) ha sugerido plantar especies endémicas del estado o que a diferencia de los framboyanes sí son aptos para este tipo de espacios como las jardineras de Santo Domingo de Guzmán, construidas con cantera.
Antes de este árbol, entre 2021 y 2022, uno de los framboyanes de más edad ya se había secado y otros de la misma jardinera tenían hongos. El ejemplar finalmente murió y tuvo que ser retirado por los riesgos que representaba para la población transita o descansa en la zona.
También en 2012 se presentó un caso similar con los otros árboles de la misma especie.