Con gran alegría Oswaldo Martínez Morales y Rosa Robles Esquivel unieron sus vidas ante el altar del Señor.
Rosa arribó al templo de Santo Domingo de Guzmán del brazo de su padre, donde su futuro esposo y sus invitados ya la esperaban.
Después de la ceremonia religiosa se trasladaron a conocida quinta en la periferia de la ciudad y disfrutaron de una alegre recepción en su honor.