María de Lourdes Martínez Gómez es una médica anestesióloga originaria de San Bartolomé Quialana, Tlacolula, cuya lengua materna es el zapoteco y que como segundo idioma ha tenido el español. En esta comunidad donde las mujeres han vivido los efectos de la emigración (principalmente de los hombres) y en donde la indumentaria tradicional se ha reinventado con las pañoletas industriales, la especialista ha encontrado un impulso a su carrera: su lengua materna.
Ella es especialista en el Hospital Regional de Alta Especialidad, en donde su labor le ha permitido ayudar a muchas personas, pero también a percatarse que el derecho a la salud, aunque esté escrito en la Constitución, no siempre se garantiza por parte del Estado. Muchos de sus pacientes, hablantes de una lengua originaria como la de ella, han tenido que enfrentarse a un sistema que no habla ni comprende su idioma.
La hablante del zapoteco del valle es una de las 10 mujeres que hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, recibirá la Distinción Mujer Oaxaqueña 2024 “Sara Artemisa Brena Torres”, por parte del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. Su labor por promover el derecho a la salud y la preservación de las lenguas originarias son las razones para este reconocimiento.
Desde el inicio de mi carrera he estado trabajando con lenguas indígenas, doy mi consulta en zapoteco”, cuenta la médica, quien además de esto ha generado información en esa misma lengua e impulsado jornadas médicas entre la población de los valles centrales.
Tiene tres cómics con información sobre enfermedades pulmonares, que trabajó con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de México, además de haber generado un estudio para diagnosticar a los pacientes.
Hemos hecho jornadas médicas anuales para la población zapoteca, principalmente mujeres que están expuestas a enfermedades médicas (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)”.
Como médica anestesióloga, María de Lourdes considera que hablar su lengua le ha permitido acceder al pensamiento de su paciente, empatizar con él y apoyarlo.
En el estado hay 16 lenguas indígenas reconocidas y al hospital llegan pacientes de todas estas lenguas”, ahonda mientras recuerda que eso dio pie a que en el año 2009 en esta unidad de tercer nivel se realizara un diagnóstico en el que identificaron que 5 mil 500 pacientes que acudieron eran hablantes de 28 diferentes lenguas indígenas. “Si tenemos 16 lenguas acá, asistieron de todas partes del país a atenderse al hospital”.
Para la especialista, en el sector salud del país una tarea pendiente es el que las y los pacientes accedan a información en sus lenguas indígenas. Por eso ella se propuso crear un grupo de intérpretes en el hospital, que se formó entre 2015 y 2016 por esta necesidad. A la fecha, son 25 las y los intérpretes (todos voluntarios) que como enfermeras y camilleros son el primer contacto con los pacientes.
Hasta ahora, este grupo abarca los idiomas zapoteco, mixteco, chinanteco y mixe. “Lo que necesitamos es formar más interpretes en otras lenguas”, apunta la médica, quien reconoce que la pandemia de Covid-19 mermó un poco los esfuerzos de este grupo, pero que ahora buscarán reforzar.
En el hospital, algunos médicos hablan alguna lengua indígena, pero no la ocupan en su quehacer diario, dice. En su caso, lo emplea porque es su lengua materna y porque así puede atender mejor a sus pacientes, darles calidad y ser empática.
La empatía es muy importante. Ellos vienen sufriendo desde un lugar muy alejado, dejan todo y llegan acá y se encuentran con la barrera del lenguaje. Muchos pacientes se regresan igual porque no entendieron nada, porque no tienen dinero para los medicamentos, porque no saben los cuidados que deben llevar a cabo. Dándoles la información en su lengua, ellos van a poder curarse y evitarse mayores gastos”.
El derecho a la salud es uno constitucional, pero que no se está garantizando, subraya la anestesióloga, quien desde sus propios esfuerzos busca que se garantice.
Si no le entendiste a tu paciente, aunque seas el mejor médico, ¿qué vas a hacer? Entonces es eso, el derecho a tener un intérprete en salud”.
Cuando no han tenido intérpretes en alguna lengua también ha recurrido con alguno del Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción (Cepiadet), que aunque son especialistas en temas de impartición de justicia le ayudan en casos urgentes.
El paciente cambia de rostro a uno de tranquilidad, de alegría (cuando hay alguien que le habla en su lengua)”, agrega la médica.