El Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) fue el escenario ideal para presentar la exposición Toledo Ve, placas metálicas originales y obra gráfica que él creó.
Lucina Jiménez, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL), se mostró emocionada de asistir y llegar por carretera desde la CDMX al Centro de las Artes de San Agustín y agradecer a Armando Colina y Víctor Acuna, de la Galeria Arvil, que hayan resguardado estas obras del maestro Toledo para que ahora pueda conocerse en este gran espacio que almacena sueños, la voluntad y convicción de Francisco Toledo por hacer del arte, ahora, de carácter público, pero al mismo tiempo vinculado con este gran entorno.
Lucina comenta que en esta exposición se puede ver la perfección del maestro, en algo tan emotivo como él era, porque ahí se puede ver la calidad en cada una de las piezas, un reflejo de esa cosmogonía diversa que logró integrar para hablar de una realidad mitológica de una zoología que él construyó y al mismo tiempo una expresividad de calidad que es difícil de entender.
Daniel Brena, director del CaSa, mencionó que Toledo no solo fue un gran artista, sino que también sabía cómo unir talentos diversos para crear algo extraordinario. Su habilidad para integrar diferentes técnicas y perspectivas no solo enriquecía su obra, sino que también elevaba a aquellos con quienes colaboraba. “Cada pieza en esta exposición refleja su capacidad para convertir lo cotidiano en algo excepcional”.
Agregó que en Toledo Ve se han limitado las cédulas. “La intención del artista fue presentar, de manera mezclada, sus piezas junto a algunos objetos que lo habían inspirado. Buscaba que los visitantes encontraran las relaciones y les sirviera para observar al mundo de una manera distinta. Quería mostrar no sólo lo que había creado sino también enseñar cómo Toledo ve”.
La directora del INBAL recorrió toda la exposición dentro del CaSa entre papalotes, objetos personales y diseños con mucha nostalgia, porque ella recordó todas las veces que subió a la comunidad y se encontraba con el maestro, cuando soñaban con tener un lugar cultural como ejemplo mundial para darle la dimensión que hoy tiene, con el lema que le pusieron conjuntamente: “arte, comunidad y medio ambiente”, porque esa es una relación intensa que no se puede disolver.
El CaSa, que está a punto de cumplir sus 20 años de vida, se sigue sosteniendo como ese lugar donde el arte reflexiona desde las profundidades de sus formas de comunicación, pero al mismo tiempo en esta relación con una comunidad que abraza la memoria del maestro Francisco Toledo”, narra emocionada la directora Lucina Jiménez, quien también se dio tiempo para recorrer en el centro de la ciudad de Oaxaca, la exposición del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo Ver a Toledo, fotografías que narran la vida del artista y que le sirvieron a la directora para admirar cada momento que vivió y compartió con el artista Juchiteco.