Se le puede encontrar desde Sonora y Chihuahua hasta Oaxaca, aunque también hay algunas poblaciones en el Centro y Golfo del país o en Sudamérica. Sin embargo, la guacamaya verde (Ara militaris) es una especie en peligro de extinción reconocida en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT 2010 y a la que una iniciativa académica ha buscado preservar desde 2004 en Oaxaca. A esta se sumaron habitantes de San Pedro Jocotipac, región de Flores Magón, en 2009.
Gladys Reyes Macedo, bióloga y presidenta de la asociación civil Vinculación Interdisciplinaria para el Desarrollo Ambiental y lo Social, VIDAS, habla sobre el esfuerzo conjunto que cumple 15 años y que surgió como parte de sus estudios de maestría en el Instituto Politécnico Nacional, IPN.
“La iniciativa surgió ante la necesidad de recabar información sobre una especie de ave que se encuentra en peligro de extinción, la guacamaya verde (Ara militaris)”, cuenta la investigadora sobre una primera etapa en que el objetivo era conocer los hábitos de la especie en este estado. Para entonces eran pocas las investigaciones en el país, pero en el norte y centro.
“En ese momento se conocía muy poco, no se sabía cuántas aves había en la reserva de la biósfera de Tehuacán y Cuicatlán, no se sabía hacia dónde se movía, cuántas se reproducían, de qué se alimentaban, a dónde iban. Ante todas esas necesidades, se empezó a recopilar información con personal del Instituto Politécnico Nacional”, explicó.
Fue en el año 2009 cuando se dio paso a la segunda etapa, a través de una iniciativa financiada por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y en la que la comunidad de Jocotipac y la especialista colaboran en diversas actividades para preservar a la guacamaya y su hábitat. Además de mantener la investigación constante sobre esta ave que tiene como principales riesgos o amenazas la caza ilegal para el mercado negro de mascotas, la pérdida y fragmentación de las áreas naturales en que habita, tanto por la actividad agrícola y ganadera como por los incendios.
“Este es un proyecto integral porque no solo nos dedicamos a recolectar información sobre cómo está la especie, que al ser una en peligro de extinción es importante saber cómo está, cómo varía su población y cuántas se reproducen al año, sino dar herramientas a las comunidades para llevarla a campo y realizar actividades para conservar a la especie y su hábitat”, subraya Reyes Macedo.
A partir de ello se han integrado comités de hombres, mujeres y jóvenes para reforestación, para vigilancia, así como monitoreo, entre otros.
En Oaxaca, la guacamaya verde se encuentra en la otrora región Cañada y ahora Sierra de Flores Magón. También en parte del Istmo de Tehuantepec. A nivel país se cuenta con otra especie, la guacamaya roja. Pero Gladys refiere que esa se encuentra en mayor riesgo.
En estos 15 años de trabajo con la comunidad, la especialista detalla que se ha mantenido relativamente constante el tamaño de la población de la guacamaya verde, con años de aumento y disminución, además de que han logrado premios o reconocimientos como: el primer lugar del Premio Nacional de Conservación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Conanp (en 2016) y un premio de la Fundación Yves Rocher para iniciativas de mujeres, Tierra de Mujeres.
“El siguiente paso es investigar a qué se deben estos aumentos o disminuciones y actualmente estoy analizando la información. Espero que a finales de año pueda decir cuáles son las razones de estas variaciones tan fuertes en su población”, apunta la bióloga.