Seminario de cultura mexicana: Períodos de la música
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Seminario de cultura mexicana: Períodos de la música

La historia de la música se divide en periodos, cada uno con sus estilos y figuras clave. Conoce cuales son.


Seminario de cultura mexicana: Períodos de la música | El Imparcial de Oaxaca

Continuo con mi ensayo…

 

Pero regresemos a Mozart quien –impresionado con la música de Bach– no tuvo más remedio que reciclar, por poner un ejemplo, algunas de las fugas a cuatro voces de “El clave bien temperado” a las que adaptó para cuarteto de cuerdas. Reciclar en el sentido de insertar de nuevo una cosa a un círculo o ciclo de vida, música que nace de la aprehensión de otra música pero que a su vez prescinde de ella. Así, para escuchar esa otra adaptación que Mozart hizo de la Sonata a trío para órgano n.º 2 de Bach para trío de cuerdas, no se necesita que el oyente (re)conozca la versión original.

De forma similar Johannes Brahms escucha el movimiento de “Chaconne” de la “Partita para violín solo n. 2” de Bach y queda tan sacudido que lo reescribe para ser tocado con la mano izquierda en el piano, transcripción que por cierto, le dedica a su amiga Clara Schumann: “Si yo pudiese imaginarme a mí mismo escribiendo, o incluso concibiendo tal obra, estoy seguro de que la excitación extrema y la tensión emocional me volverían loco.”

Anton Webern se reencuentra con el “Ricercare a 6 voces” de la “Ofrenda musical” de Bach a través de su propia orquestación, en la que cada línea musical aparece nítidamente revestida.

Influenciada por las orquestaciones de Webern, Sofía Gubaidúlina se apropia del tema real de la misma “Ofrenda” para componer algo así como una ofrenda de la ofrenda de Bach: “Offertorium”, un concierto para violín y orquesta sinfónica que le dedica al violinista Gidon Kremer. Luciano Berio orquestó el aparentemente inconcluso “Contrapunctus XIV” de “El arte de la fuga”, aquel laberinto contrapuntístico que Bach había escrito como un diario muy personal los últimos años de su vida. Berio lo concluyó con una especie de amén discordante, un desacorde de notas que, entretejidas al mismo tema, forman la palabra B–A–C–H. ¿No suele decirse que una traducción es también una traición? Y es que la creación, como mencionó alguna vez el mismo Berio, “implica un cierto grado de destrucción e infidelidad”.

No olvidemos que Bach fue un compositor como pocos y amén de aportaciones a la música, en cuanto a su concepción, fue organista, chelista, violinista, cantante, compositor y un conocedor muy profundo de la Biblia, además de saber interpretarla.

Sus obras más importantes están entre las más destacadas de la música clásica europea y de la música universal. Entre ellas se encuentran los “Conciertos de Brandemburgo”, “El clave bien temperado”, la “Misa en si menor”, la “Pasión según San Mateo”, “El arte de la fuga”, “Ofrenda musical”, las “Variaciones Goldberg”, la “Tocata y fuga en re menor”, varios ciclos de cantatas, el “Concierto italiano”, la “Obertura francesa”, las suites para violonchelo solo, las sonatas y partitas para violín solo y las suites para orquesta.

Además, todos los músicos posteriores a él y los de su época, recurrieron a su música para zanjar dificultades. Por eso es reconocido como el “Maestro de Maestros”.  Nos leeremos muy pronto.

 

Con información de Mario L. Palacios C.


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