Amelio Robles: el hombre trans que peleó en la Revolución Mexicana junto a Emiliano Zapata
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Amelio Robles: el hombre trans que peleó en la Revolución Mexicana junto a Emiliano Zapata

Amelio Robles fue un destacado coronel del Ejército que peleó en la Revolución Mexicana y que se enlistó en el Ejército de Zapata cuando era muy joven


Amelio Robles: el hombre trans que peleó en la Revolución Mexicana junto a Emiliano Zapata | El Imparcial de Oaxaca
El coronel Amelio Robles con la periodista suiza exiliada en México Gertrude Duby.

La Revolución Mexicana fue uno de los episodios de la historia de México que más ha destacado. Fue una lucha armada que inició al buscar un cambio de régimen, y se logró, quitar del poder a Porfirio Díaz Mori, el presidente de México que duró más de 30 años en su puesto.

La Revolución Mexicana dejó grandes personajes que marcaron la historia del país, muchos de ellos muy reconocidos, incluso, a nivel internacional, como Pancho Villa, los hermanos Flores Magón y Emiliano Zapata. Sin embargo, también hubieron muchos personajes que, a pesar de que sus nombres no fueron tan sonados, fueron indispensables para la lucha armada.

Una de estas personas fue Amelio Robles, quien era un miembro del ejército, y quien, originalmente, era mujer. De hecho, es considerado uno de los primeros casos de hombres transgénero registrados en la historia del país. Su nombre original era Malaquías Amelia de Jesús, y nació en 1889. Murió en 1980. Amelia tomó las armas, se vistió de hombre y de enroló en el ejército de Emiliano Zapata, alcanzó el grado de coronela, y se convirtió en coronel, condecorado y reconocido por el Ejército, como veterano revolucionario y legionario.

Fue transgénero, y quizá, como ya se comentó, uno de los primeros casos conocidos y documentados en México de una mujer que, desde muy joven, cambió las enaguas por el pantalón y eligió una imagen y una vida de hombre, en los ya lejanos años 20 del siglo pasado.

Amelia de Jesús Robles nació en un pequeño poblado de nombre Xochipala, municipio de Zumpango del Río, en el estado de Guerrero. Fue la menor de tres hijos, y sus padres fueron Casimiro Robles y Josefa Ávila. Fue niña de campo, pero no pobre, pues su padre era un ranchero de buena posición, propietario de 42 hectáreas de labor y agostadero, de una pequeña fábrica de mezcal, y durante algún tiempo, fue ayudante del comisario del lugar.

Amelia, como pocas mujeres de la época, tuvo la oportunidad de estudiar la primaria y recibir una buena educación católica al formar parte de la Sociedad de las Hijas de María de la Medalla Milagrosa, una congregación dedicada a profundizar la formación espiritual de las jóvenes.

Aprendió a coser, lavar y planchar como cualquier niña de la época, pero también le gustaba montar, domar y lazar caballos, así como manejar armas. A partir de la muerte de su padre, comenzó a tener un carácter rebelde, cuando apenas tenía tres años. Tras el segundo matrimonio de su madre, nunca pudo llevarse bien con su padrastro ni con sus tres medios hermanos.

En 1911 formaba ya parte de un club maderista, y fue entre 1912 y 1913 que se enroló en el Ejército del Sur de Emiliano Zapata. El escritor Febronio Díaz la describió como “una mujer en verdad bonita, nívea, trenzas de trigo maduro, ojos verdes y serenos que se tornaban felinos e intimidantes”. La llamaban “La Güera Amelia”.

Ella misma indicó que su ingresó al Ejército de Zapata fue meramente aventurero, no por una ideología muy marcada. Así lo dio a conocer en una entrevista de 1927, con el periodista Miguel Gil.

La locura juvenil se convirtió en convicción ya en “la bola”, como se le decía coloquialmente a los ejércitos populares revolucionarios. “Al principio no dejó de ser una mera locura, pero después supe lo que defiende un revolucionario”, le contó Amelia al periodista Miguel Gil.

De sus méritos revolucionarios no hay dudas. Las investigaciones la ubican en históricas batallas revolucionarias y en sus archivos personales ella misma dejó escrita una bitácora que registraba las más de 70 acciones armadas en las que participó.

Amelia, posteriormente, abandonó al Ejército de Zapata, entregó sus armas y se presentó ante la Jefatura de Operaciones Militares de Guerrero, al frente de 315 hombres. A cambio, Amelia recibió el indulto del gobierno de Venustiano Carranza, ya emanado de la Revolución, pero enfrentado con otras facciones. La joven se incorporó al ejército carrancista de manera formal hasta 1921 que le concedieron la licencia definitiva.

“La coronela” volvió a tomar las armas en 1924 para apoyar al gobierno del general Álvaro Obregón, presidente de México. Al tomar esa decisión, Amelia tuvo que aceptar que su grado no fuera reconocido, tal vez por ser mujer, y conformarse con el grado de sargento.

Esto seguramente no le gustó, pero igual peleó y resultó gravemente herida en una de las batallas,. Fue al final de esa etapa que la coronela decidió transformarse de manera definitiva en hombre. Nunca más permitió que le llamaran Amelia Robles, “La Güera Amelia”, o la coronela Robles.

De ahí en adelante sería el coronel Amelio Robles, y como tal tuvo una vida activa en la política, en el Partido Socialista de Guerrero y la Liga de Comunidades Agrarias, donde siguió ligada a viejos compañeros de batalla, como el también ex zapatista Adrián Castrejón y el obregonista Rodolfo López de Nava. Ambos tuvieron un papel muy importante en el reconocimiento político y militar oficial de Amelia, ya convertida en Amelio Robles.


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